LAS MEMORIAS DE DON BRUNO QUINTANA QUINTANA

PÁRROCO DE GUÍA (1943-1982)

 

La extraña desaparición de Santiago el Mayor del Sepulcro

El artístico y valioso sepulcro del Cristo Yaciente, obra maestra y maravillosa ejecutada para esta parroquia por el eximio escultor canario don José de Armas Medina, se halla rematado por doce bellísimas imágenes con aire barroco representativas de todos los apóstoles. Cada una de veintidós centímetros de alto, al igual que los cuatro personajes del Calvario.

Como dicha imágenes estaban colocadas solamente sostenidas por un taco de madera, todos los años con motivo de la Semana Santa, se retiraban del mismo días antes para someterlas a una limpieza a fondo, liberándolas así del polvo que se incrustaba en los pliegues de los paños de las mismas. Allá por el año 1.973, con el fin de llevar a cabo dicha tarea, empezamos a retirar las imágenes y notamos que faltaba precisamente la de Santiago el Mayor...

Nos quedamos perplejos, apenados, pero acordamos guardar absoluto silencio, no dando publicidad al hecho, para evitar el escándalo que de ello se sigue, averiguando si fue robado o desaparecido.

Y si alguien, admirando el conjunto artístico de la obra, se daba cuenta de que faltaba una de las imágenes de los apóstoles y preguntaba por ella, para no darle cariz de alarma se le contestaba, sencillamente, humorísticamente, que era muy natural que faltase una imagen, pues ya saben ustedes que Judas Iscariote se marchó a concertar con los fariseos la entrega de Jesús y el precio de la misma, y por lo tanto está vacío su sitio. Con esta explicación humorística se reían y la cosa no pasaba adelante averiguando si fue robada o no.

Pero el hecho tenía que comentarlo con alguien por si encontraba alguna solución o pista de su desaparición. Y en cierta ocasión le dije a don Miguel García Lorenzo y a su distinguida esposa, doña María Teresa Saavedra Galván, que pasaban una temporada en la Playa de las Nieves de Agaete. Ellos, lamentando también el hecho de que sustrajeran la imagen de Santiago el Mayor del Sepulcro, dejando mutilada la gran obra de arte, me prometieron habla con el autor de la misma, don José de Armas, que pasaba también temporadas en dicha playa, por si quería tallar otra imagen del apóstol citado y llenar así aquel vacío que no había dejado Judas, sino algún aprovechado.

En efecto, Don José de Armas, al enterarse de tal desafuero, tomó mucho interés en deshacer el entuerto y vino a Guía para tomar medidas y así tallar una nueva imagen, porque, según dijo, antes de morir quería dejar completa su obra, que tanto quería y visitaba con frecuencia. Tallón la imagen de Santiago del mismo tamaño que las otras, aunque más estilizada y con aire de estilo bizantino.

En poco tiempo la realizó y él mismo, acompañado de su distinguida señora, vino a Guía a entregarla y colocarla en el sepulcro con claras muestras de regocijo y alegría, compartida con nosotros, al ver su mejor obra artística completada de nuevo.

Fue un obsequio generoso, pues don José de Armas no quiso cobrar nada y sólo aceptó el insignificante obsequio de dos botellas de licor. Los fieles, al enterarse de este "nuevo" Santiago el Mayor para el Sepulcro del Cristo yaciente, desfilaban ante él para admirar la bella obra.

Luego, para evitar que en adelante no siguiesen expoliando el conjunto, orgullo de la Parroquia de Santa María de Guía, se determinó que las pequeñas imágenes –tanto de los apóstoles como los cuatro ángeles colocados en las esquinas y las otras cinco imágenes, que rematan el Sepulcro-, se fijasen al mismo bien atornilladas, de modo que resultase difícil apoderarse de ellas. Y hasta ese día, ocho de junio de mil novecientos ochenta y uno, se halla esta grandiosa obra completa y en perfecto estado de conservación en la capilla, primera de la derecha al entrar al templo parroquial.

Que Dios conserve para siempre esta obra de arte, exponente claro del talento de su autor, don José de Armas Medina, y del gesto espléndido y gracioso de doña Eusebia de Armas Almeida, viuda del general de la Guardia Civil, don Ignacio López de Ogayar, a la parroquia de sus amores, Santa María de Guía.

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