LAS MEMORIAS DE DON BRUNO QUINTANA QUINTANA

PÁRROCO DE GUÍA (1943-1982)

 

EL RUMOR SOBRE LA NULIDAD DEL TESTAMENTO DE DOÑA EUSEBIA

BRUNO QUINTANA QUINTANA

(Por la transcripción B. de V.)

"Escribíamos en el anterior capítulo sobre la solemne llegada de los Salesianos a Guía, siendo presidida aquella primera comunidad por el reverendo don Guillermo Navarro, como director.

Como suele suceder en estos casos de fundaciones, la comunidad pasó al principio por varias vicisitudes, no sólo de orientación sino económicas, que fueron superándose, aunque causaron malestar entre las partes concordantes por falta de comprensión mutua. Fuese por lo que fuese, a los pocos meses -octubre de 1955-, doña Eusebia Armas cayó gravemente enferma de una hemiplejía que le paralizó todo el lado izquierdo, privándole en absoluto la expresión de sus ideas por medio de la palabra y la escritura, pero conservando perfecta audición y la plena conciencia de sus ideas y de sus actos, como se pudo comprobar por todos los que estaban a su servicio y por los que la visitaban y trataban con frecuencia, entre ellos, el que esto escribe. La única palabra que emitía era "yo-yo" y con ella quería expresar todo lo que pensaba y deseaba disponer. Sólo se podía averiguar lo que deseaba, diciéndole lo que suponíamos quería decir. Y con un gesto muy expresivo y una carcajada, asentía y demostraba que le habíamos interpretado lo que pretendía decir.

Como no había nombrado ningún administrador, era necesario, ineludible, que hubiese una persona que se encargase de la administración de todos sus bienes y haberes. Y tenía que ser ella quien nombrase dicho administrador.

Para dicho fin, se personaron en su domicilio el abogado don Antonio Limiñana López; don Juan Castellano Suarez, vecino de esta ciudad, y el notario don Bonifacio Ferreira.

Y en virtud de lo legislado en el Código Civil, que prevé estos casos en situación de inutilidad del interesado, a requerimiento de dichos señores, doña Eusebia Armas, por signos externos y muy expresivos, nombró administrador de todos sus bienes al señor Castellano, decisión muy comprensible en ella porque, en estado de plena salud, me consta, fue dicha persona la asesora de su plena confianza en sus transacciones y determinaciones acerca de sus bienes, por lo que no es de extrañar que le designase. Este nombramiento levantó mucho revuelo en la ciudad, sobre todo en un sector social no muy ortodoxo y malintencionado, diciéndose que tales señores fueron a la presencia de doña Eusebia para que firmase el testamento que ella había dictado en pleno y normal uso de sus facultades mentales y que luego, durante su enfermedad, fue tergiversado, por lo que era nulo conforme también a los cánones del Código Civil.

Tal rumor fue aprovechado por los interesados en los bienes de doña Eusebia para impugnar, moviendo todos los resortes, la validez del testamento otorgado y que, consecuentemente, en virtud de las más puras y rectas intenciones0 de doña Eusebia, revertiesen todos los bienes a la Congregación Salesiana ¡...!

En un forcejeo inútil y en "dimes y diretes", se fue diluyendo el tiempo. Y la obra benéfica de esta fundación permanece estancada, sin tomar los vuelos que doña Eusebia deseaba se le imprimiese".

VOLVER AL ÍNDICE DE LAS MEMORIAS