Guía de Gran Canaria

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TEXTO LEÍDO DURANTE LA PRESENTACIÓN DEL ACTO DEL 475 ANIVERSARIO DE GUÍA (2001)

Santiago Gil

No es éste un día cualquiera en la historia de esta ciudad, entre otras cosas porque esta noche vamos a honrar y a reconocer el trabajo, la entrega y el amor que a lo largo de los últimos años han profesado a Guía muchos de sus hijos.

Quisiéramos que este acto sirviera también para reivindicar y recordar la memoria de los muchos miles de guienses que día a día, en la espesura de casi cinco siglos, fueron forjando la historia y la idiosincracia de esta ciudad. Sin ellos, sin todos aquellos anónimos y denodados ciudadanos que un buen día decidieron cómo habrían de ser los trazados de la calle del Agua o de la Carrera, o de qué formas y estilos debían ser las balconadas o las ventanas de sus casas, e incluso por dónde habrían de discurrir las acequias, sin todo ese conjunto aparentemente insignificante de pequeñas decisiones cotidianas, hoy no estaríamos aquí reencontrándonos con nuestra historia y nuestra memoria más o menos lejana.

En cada uno de los días de estos 475 años hay miradas, caras, gestos y nombres que han ido marcando nuestra impronta y nuestro carácter colectivo y ciudadano. Es a ellos, a todos nuestros antepasados y antepasadas, a quienes me gustaría brindar el fin último de este encuentro que hoy nos congrega entre las columnas, las bóvedas y las hornacinas que han ido dando fe de todo nuestro devenir histórico.

Borges decía que el destino es el olvido, y en cierta medida tenía razón, pero mientras vivamos tenemos el deber moral y vital de garantizar el respeto y el estudio de nuestro propio pasado.

Además de por los datos irrefutables y empíricos de la historia, las ciudades, y con ellas los hombres y las mujeres que las habitan, se van haciendo de leyendas, de recuerdos comunes, de amores, y por desgracia también de rencores, que se vuelven atávicos y casi mitológicos. Es parte de la propia e inevitable condición humana de quienes las pueblan. También, claro está, se van haciendo de cultura y de palabras. Aquí en Guía hemos sido dichosos en ambos campos, en la cultura, y por supuesto también en las palabras; y por citar sólo algunos nombres, ahí están los del ilustrado, genial y sarcástico Rafael Bento Travieso, el de Néstor Álamo, el de Miguel Santiago, y el de tantos y tantos otros que han llevado el nombre de nuestra ciudad a las más altas cotas en sus respectivas profesiones.

Yo recuerdo que de niño me críe desandando el pasado guiense de los primeros años del siglo XX. En casa de mi abuela materna había una gran caja de madera en la que se encontraba toda la historia periodística de la primera mitad del siglo pasado. Mi abuelo, Zenobio García, había sido corresponsal de La Provincia, y también uno de los valedores de La Voz del Norte, aquel inolvidable periódico, hecho en Guía, que hablaba de nuestras cosas y de nuestras gentes.

Yo, con doce o trece años, abría aquella caja, que resultaba casi mágica, y me encontraba con las hazañas del Ajódar, con aquellas inolvidables agarradas del Guajiro, del Pollo de Anzo o del Cubanito, un prodigio de técnica que tantas veces tumbó en la arena al mítico Palmero; y como digo Ajódar, digo fútbol y digo Tirma, y cuando nombro el Tirma recuerdo las crónicas ditirámbicas y elogiosas que daban fe de las genialidades de Geño Abréu, de Pepe Caballero o de Rogelio Calero.

Mi abuelo, además, guardaba todas las esquelas de los fallecidos guienses, con sus lacrimosas y emocionadas misivas de dolor, y hasta los hechos más triviales que acontecían entre estas calles que entonces, por lo menos a tenor de lo que se puede leer, sí que daban mucho más juego y tenían muchas más inquietudes de las que por desgracia han tenido en los últimos años.

Aquella caja me llevaba y me traía nombres que mi abuela, mis padres o mis tíos más mayores me ayudaban a desentrañar como mismo se desentrañaría una leyenda o un cuento infantil. Pasaba un poco como en el Macondo de García Márquez, porque en aquellos recortes me podía encontrar tanto la historia de un eximio músico europeo que venía de vacaciones a nuestra ciudad – hablo de Camile Saint Saens- como los asesinatos, o las cuitas más sorprendentes de quienes entonces ocupaban los mismos bancos y miraban hacia las mismas columnas a las que hoy, muchos años después, estamos mirando nosotros.

Hoy nos encontramos aquí contribuyendo a esa misma historia. Dentro de sesenta o setenta años, los nietos del cronista que escriba lo que está aquí aconteciendo preguntará a sus mayores quiénes eran don Santiago Betancort, doña Mara González, don Braulio García o don Fernando Bañolas, y entonces habrá unos recortes de prensa en los que apoyarse –y ahora también unas imágenes-, y unos mayores que hablarán de ellos y de nuestras cotidianeidades como mismo me hablara mi abuela de los próceres y los grandes hombres de nuestro pasado.

Para no contribuir a esos olvidos, casi siempre injustos por contingentes y descuidados, el ayuntamiento de Guía ha hecho un ímprobo esfuerzo para que este 475 aniversario sea también un compromiso con nuestra historia y nuestra memoria futura. Para ello ha otorgado distintos galardones a aquellos guienses, de nacimiento o adopción, que considera de imprescindible recuerdo para los años venideros.

En primer lugar, la actual corporación municipal ha decidido premiar con el ESCUDO DE ORO DE LA CIUDAD a las empresas que, al día de hoy, más están contribuyendo a la generación de riqueza, y sobre todo de puestos de trabajo, en nuestro municipio. A continuación, el señor alcalde de Guía, don Fernando Bañolas Bolaños, IMPONDRÁ el escudo de oro de la ciudad a los propietarios de Muebles Atlántico Norte, Muebles Pepe Juan, B. Navarro Construcciones y Saneamientos Noroeste.

Se le impone el escudo de oro con el que se premia la labor desarrollada por Muebles Pepe Juan, a su propietario, don José Juan Padrón Gil.

Recibe el escudo de oro de Santa María de Guía, en nombre de Muebles Atlántico Norte, su propietario, don Ramón Díaz y Díaz.

Se le impone el escudo de oro destinado a reconocer la valía de B. Navarro Construcciones, a su impulsor y propietario, don Domingo Navarro.

Y por último se le impone el escudo de oro con el que se premia la labor desarrollada en nuestro municipio por Saneamientos Noroeste, a don Félix García González (y don Claudio Ramos Mendoza).

Seguidamente, el alcade de Guía, hará entrega de las medallas de oro de la ciudad a aquellos ciudadanos a los que la Corporación ha reconocido su destacada labor en sus respectivos ámbitos profesionales, en el mantenimiento de alguna de nuestras tradiciones más arraigadas o en el ejercicio de sus respectivas responsabilidades políticas.

1- En primer lugar el alcalde de Santa María de Guía entregará la Medalla de Oro de la Ciudad a los Mayordomos de Las Marías, que, generación tras generación, han mantenido vivo el Voto de Vergara, y por ende la celebración de la Romería y la Rama de Las Marías, conservando toda su esencia primigenia y por supuesto todo su carácter religioso, festivo y tradicional. Le impone la medalla al mayordomo, don Luis Miguel Arencibia, don Román Rodríguez.

2 - Los que han tenido la suerte de admirar su obra no han dejado de maravillarse ante el prodigio y el virtuosismo de sus manos. Junto a la pintora Juana López y al ebanista Pedro Mendoza, nuestro premiado, don Juan Serrano Moreno, legó al futuro de esta ciudad la obra del Camarín de la Virgen, sin duda una de las grandes muestras artísticas de Gran Canaria. Por ello, y por la modestia de quien no presume de sus virtudes, que son muchas, don Carmelo Ramírez le impone a don Juan Serrano Moreno la Medalla de Oro de la Ciudad.

3 - Seguidamente se entregará la medalla de Oro a alguien que ha luchado denodadamente para lograr la denominación de origen del Queso de Flor de Guía. Desde que acabara la carrera de Ciencias Químicas en el año 1979, don Luis Antonio González Mendoza, no ha dejado de estudiar y aportar datos científicos para que nuestro producto culinario más apreciado gozara del prestigio y la importancia que sin duda se merece. Además, Luis Antonio González ha desarrollado una destacada labor profesional como químico, sacando tiempo también para, durante varios años, haber sido parte integrante de Los Sabandeños. Le impone la medalla de oro de la ciudad el señor alcalde, don Fernando Bañolas.

4 - Fue el primer general de Aviación nacido en Canarias. Don Javier Ulises Lodos García cuenta con una dilatada y exitosa carrera militar jalonada por muchos de los más importantes reconocimientos castrenses. Entre otras, es poseedor de la Gran Cruz del Mérito Naútico y de la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. Por todo ello, y por haber llevado el nombre de Guía donde quiera que ha estado destinado, el ayuntamiento de este municipio le distingue esta noche con la Medalla de Oro de nuestra Ciudad. Le hace entrega de la misma, don Román Rodríguez.

5- Ha publicado varios libros y decenas de artículos en revistas especializadas internacionales. Es miembro de muchas de las más importantes asociaciones internacionales y nacionales de economía, y su curriculum aparece jalonado de títulos y unánimes halagos y parabienes. El ayuntamiento de Santa María de Guía le entrega, en reconocimiento a sus múltiples y exitosas dedicaciones, la medalla de oro de la ciudad al catedrádico de la ULPGC y director general de La Caja de Canarias, Juan García Falcón. Le impone la medalla, don Carmelo Ramírez.

6 - Fue el primer alcalde de Guía salido de las urnas tras la llegada de la democracia, si bien su carrera política como edil del ayuntamiento guiense la hallamos ya en el año 1954, donde, con tan sólo 26 años, es ya concejal y primer teniente de alcalde de nuestro municipio. Durante su mandato tuvo lugar la construcción de los puentes de Silva y también en sus años de alcalde se logró el edificio del juzgado para Guía y se fundó el Club de Natación. Por todos sus años de entrega a nuestra ciudad, y por su constante desvelo en defensa de ella, el presidente del Gobierno de Canarias, don Román Rodríguez, en nombre del alcalde y de toda su corporación, le hace entrega a don José Carlos González Ruiz de la medalla de oro de la ciudad.

7 - Aunque muchos se sorprenden cuando lo descubren, don Aureliano Francisco Santiago Castellano, nació en la ciudad de Guía, en concreto en el pago conocido como Fuente Bermeja. El ayuntamiento le reconoce a don Aureliano Santiago su amor, según los que le conocen siempre incólume, por el lugar que le viera nacer, y es por ello, por esa fidelidad con su memoria primera, por lo que hoy se le premia con la medalla de oro de la ciudad. Le impone la medalla el presidente del Cabildo en funciones, don Carmelo Ramírez.

8 - Político, jurista, intelectual, y sobre todo, al decir de los que le conocen, un hombre bueno, en el sentido machadiano de la palabra, y sobre todo campechano. Ha sido senador, diputado, secretario general de su partido en nuestra isla, y durante ocho años, presidente del Cabildo de Gran Canaria. Apasionado devoto de James Joyce y de Carlos Cano, Carmelo Artiles Bolaños, aquel niño que correteaba hace cincuenta años por el pago guiense del Paso, recibe hoy la Medalla de Oro del municipio que le vio nacer en reconocimiento a su larga y exitosa carrera vital, política y profesional. Le impone la medalla don Fernando Bañolas Bolaños.

Uno, como bien dice el dicho, no es sólo de donde nace sino también de donde pace, y la patria, la chica o la grande, se sustenta, como dice Braulio, en la "conciencia del pasado y en el respeto por las huellas que otros antes han dejado". Partiendo de esa premisa, el ayuntamiento de Guía ha decidido reconocer con el título de hijos adoptivos de esta ciudad a dos ciudadanos, ambos nacidos en Gáldar, que han jugado un papel determinante en el desarrollo y el reconocimiento externo de nuestro municipio.

Yo les voy a ser franco: cuando me dijeron que nombraban a Miguel Gordillo hijo adoptivo de Guía, mi primera reacción fue de perplejidad, porque lo menos que yo pensaba era que Miguel Gordillo no era de Guía, no sé, era como una certeza que uno creía tener clara, una especie de verdad irrefutable. Sin embargo, Miguel Gordillo, aun habiendo hecho toda su vida en Guía, nació en La Marciega de Gáldar.

A la hora de nombrarlo hijo adoptivo, el ayuntamiento de Guía ha tenido en cuenta la destacada trayectoria, principalmente política, desarrollada por el señor Gordillo en nuestro municipio.

Entre otros muchos logros, don Miguel Gordillo consiguió para nuestro ciudad, en los años en que estuvo como edil de nuestro ayuntamiento, la Declaración del Casco antiguo como Monumento Histórico Artístico, actualizó nuestro escudo, hizo lo propio con nuestra bandera y consiguió para el ayuntamiento de Santa María de Guía el tratamiento de Excelentísimo, logros todos ellos que, según la actual corporación de nuestro municipio, le hacen merecedor del nombramiento de Hijo Adoptivo que a continuación le hará entrega don Fernando Bañolas.

En la persona del siguiente premiado reconoce el ayuntamiento de Guía la importancia de aquellas gentes que han contribuido de manera constante y denodada a crear riqueza y, sobre todo, puestos de trabajo en nuestro municipio. Además, don Félix Santiago Melián, ha jugado un papel determinante en la reconstrucción de monumentos históricos como el Cenobio Valerón, y también en el apoyo desinteresado a nuestra incipiente Universidad de Las Palmas. En puridad también habría que decir que nuestro galardonado ha tenido siempre su corazón dividido entre Gáldar y Guía, tanto que en su infancia sólo le bastaba moverse un par de metros de su casa para estar en tierra guiense. El ayuntamiento de Santa María de Guía le concede hoy uno de sus galardones más importantes, el de ser reconocido como hijo adoptivo de nuestra ciudad. Le hace entrega del título don Fernando Bañolas.

Seguidamente vamos a hacer entrega de los títulos de hijos predilectos a tres guienses indiscutiblemente ilustres, que llevan anotados en sus respectivas biografías el éxito, el esfuerzo denodado y el amor por el lugar que los vio nacer. Los tres han engrandecido a esta ciudad teniendo a la palabra como gran aliada. La palabra, escrita, oral o cantada, ha sido para cada uno de ellos, su gran herramiena de trabajo; y detrás de ella siempre se ha asomado la cultura, el buen hacer y el respeto que desde niños aprendieron escuchando las historias de sus padres y sus abuelos. Ser reconocido, como hoy lo están siendo ellos, como hijos predilectos de su ciudad es, qué duda cabe, una de las mayores satisfacciones que puede vivir un ser humano, quizá más que el Pulitzer, que el premio Ondas o que un Grammy. En este caso, les están reconociendo los suyos, los más cercanos, que son quienes realmente pueden dar fe de su trayectoria vital, profesional y sobre todo humana. Son, como decía el otro, verdaderos profetas en su tierra.

En primer lugar, nos encontramos con doña María del Pino González González, Mara González, sin duda una de las voces más importantes de la radio canaria de los últimos treinta años. Siempre desvivida por las causas altruistas y por el apoyo al más débil y desprotegido, Mara, ha sabido llenar las ondas de humanidad y de ese sentido mágico y evocador que lleva en sí misma la radio. Su voz ha acompañado las mañanas de varias generaciones, y yo creo que nada hubiera sido lo mismo en esta Isla de no haber estado ella para contárnoslo y para hacernos partícipes de ese don de comunicar y emocionar con la palabra, sin duda una de las grandes invenciones del hombre para no volverse loco, desmemoriado o insensible.

De niños, escuchando a Mara, todos queríamos ser locutores de radio, y quien les habla, a los once o doce años, descolgó más de una vez el teléfono para marcar el emblemático 36 81 65 de Radio Las Palmas y hablar con ella, con la mítica e idealizada Mara González. Hoy, la ciudad que la vio nacer, y que desde lejos la ha visto hacer frente a las dificultades y salir siempre airosa, premia su trabajo y su sacrificio haciéndole entrega del título de hija predilecta. Le entrega el título que reconoce su valía humana y profesional, el alcalde de Santa María de Guía, don Fernando Bañolas Bolaños.

Es un orgullo para los que procedemos de esta ciudad presumir de él como paisano. Lo ha sido todo en el mundo de la música, en Europa y en América, con Eurovisión o con el Viña del Mar. Ha tocado el cielo de la popularidad con sus propias manos, y sin embargo ha preferido siempre mirar a casa, volver a su casa, que es donde hoy se encuentra. Braulio García nos ha dado a los canarios, y sobre todo a los guienses, la posibilidad de emocionarnos y de rememorar a los nuestros donde quiera que hemos estado. Ha paseado el nombre de nuestra ciudad por todo el mundo, y a pesar de los muchos años de ausencia, no ha perdido matiz alguno ni de su acento ni de ese humor socarrón de nuestras gentes. Con Tomasín, con Canción para mi pueblo o con la Casa de mi abuela nos ha cantado nuestra propia historia sentimental y cotidiana, que es, al fin y al cabo, la que realmente cala y le hace a uno volver a sus orígenes y a sus esencias.

Hoy nuestra ciudad salda una deuda con uno de sus hijos más ilustres y universales reconociendo a Braulio García Bautista como uno de sus hijos predilectos. Le entrega el título don Fernando Bañolas Bolaños.

El periodismo está lleno de nombres propios que lo dignifican y lo prestigian, y don Santiago Betancort Brito, qué duda cabe, está entre esos elegidos; entre aquellos que han entregado su vida y su tiempo al ejercicio, casi clerical, del periodismo. Su carrera está jalonada de grandes éxitos profesionales, tantos que sería imposible entender la historia periodística en Gran Canaria durante los últimos treinta años sin contar con su nombre y su trayectoria.

Santiago ha sido hombre de radio, aunque su dedicación plena había estado siempre unida al mundo de los periódicos, primero en El Eco de Canarias, luego en La Provincia, y seguidamente en el Diario de Las Palmas, al que dirigió de forma exitosa durante los últimos catorce años de su centenaria historia como cabecera independiente.

Su impronta periodística está en las hemerotecas como fiel testigo de su lucha y de su valía profesional. En todo momento, además, Santiago Betancort estaba empeñado en dar fama y nombre a Guía, al municipio en el que fue alcalde durante unos meses y al que ha defendido y glosado siempre que ha tenido ocasión de hacerlo, y si no la tenía les aseguro que él la buscaba. Ahora está al frente, como director adjunto de La Opinión de Málaga, de uno de los grandes proyectos periodísticos de Prensa Ibérica. Para mí es un privilegio, especial y cercano, anunciar la entrega del título de Hijo Predilecto de Santa María de Guía a don Santiago Betancort Brito.

info@guiadegrancanaria.org

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