FÉLIX MARCELO, ARTÍFICE DE LA NO DESAPARICIÓN DE
VECINOS DE GUÍA EN EL 1936
Por Juan Dávila-García
Mirando en la página web, del Ayuntamiento de mi querido y entrañable
pueblo Guía de Gran Canaria, he leído con elocuente avidez, como suelo
hacer siempre diariamente, por si en la misma hubiera algo nuevo
relacionado, con su historia o sobre la vida cotidiana y placentera de mi
tan reverenciado terruño, aunque desde hace bastantes años que falto de
el, pero que siempre lo llevo en mi corazón. Y observó un trabajo o
crónica cuyo autor es mi pariente Pedro González-Sosa, Cronista Oficial de
la Ciudad, referido a la –no desaparición en el año 1936 de ciudadanos de
Guía-. Siento enormemente discrepar con el en algunos puntos de la citada
crónica, por estimar que, aunque su contenido es elocuente y se ajusta
sobremanera a la realidad, ignora la intervención trascendental del Jefe
de Milicias de Guía por aquellas fechas, el patriota guíense Félix
Marcelo.
La extraordinaria actuación de tan celebrado paisano, en evitación de
que ocurriera en nuestro pueblo, lo que si ocurrió en Gáldar y con mayor
virulencia en Agaete, especialmente en el Valle en un caserío conocido por
el Lugar de Enfrente. Es evidente que la intervención del Alcalde en
funciones por aquella época Basilio Ramírez, tuvo también es este aspecto
un papel importante, para que los genocidios cometidos en muchos pueblos
de la isla, como en lo ya citados no ocurrieran en Guía.
Pero el verdadero adalid, -basado en su cargo- y en su forma de
proceder, algunas veces violentas, especialmente frente al execrable
comportamiento del responsable de tantas desapariciones, el Sargento
Comandante del Puesto de la Guardia Civil de Gáldar, conocido como el
Sargento Olegario (valga la redundancia) y también en su portentosa
corpulencia física (más de 1,90 de estatura y ciento y pico kilogramos de
peso), fue Félix Marcelo, que diariamente comparecía con las primeras
luces del día, en el cuartel de la Benemérita, situado en la calle Medico
Estévez numero 16, edificio donde hoy tiene o tenia el despacho Pepe
Carlos (desconozco si sigue ejerciendo la abogacía), con el fin de adverar
los roles o listas de los presos políticos guienses que a esa hora salían
camino del Campo de Concentración en Gando, hacinados e uno o varios
camiones. El admirado paisano, le exigía, de manera violenta en muchas
ocasiones al citado Sargento si se ponía chulo, e incluso llego a
amenazarlo de muerte, si al retorno de Gando no le entregaba las
relaciones debidamente selladas y firmadas por el Jefe del Campo, como
justificación de que todo el proceso de traslado y recepción de tales
presos, habían sido completamente correcto y sin ninguna irregularidad,
haciéndole hincapié, que la veracidad de las listas salidas de Guía se
correspondieran exactamente, con las traídas al regreso, punteando el
mismo nombre por nombre.
Félix Marcelo, no fue un hombre de retaguardia, hizo en Guía lo que
tuvo que hacer por que la imperiosa necesidad, así lo requería y gracias a
su extraordinaria energía, constatada fortaleza y a su bendita violencia
(en algunos casos), no permitió juntamente con Basilio Ramírez, que de los
presos políticos de Guía, que estuvieron en el campo de concentración,
ninguna mujer se sintiera viuda y ningún hijo huérfano. Félix Marcelo, en
estas comparecencias diarias que hacía al cuartel de la Guardia Civil, en
más de alguna ocasión la llevo a cabo con mas de 40º de fiebre.
Cuando leo las relaciones de los nombrados hijos predilectos de mi
pueblo, casi sin quererlo me río para mi adentro y recuerdo sin poderlo
remediar aquella premisa tan elocuente –de ni están todos los que son
ni son todos los que están-. Recordemos la encomiable labor que estos
dos paisanos realizaron en unos momentos tan críticos y en otros ignorados
hijos de nuestro pueblo. Félix Marcelo, como ya decía no fue un hombre de
retaguardia, en su momento se incorporo a la contienda y llego a lucir con
orgullo elocuente en su pecho la estrella de Alférez de Complemento. Pido
disculpas por esta supuesta ingerencia, que solo ha tenido como objeto
impartir la justicia debida y el reconocimiento veraz a una paisano
grandilocuente, como así a quedado demostrado.
jocdavila@yahoo.es
Abril 2006.