Quiero exponer aquí de manera rotunda, que Sebastián Godoy Ramos,
"conocido por Chanito el Practicante", jamás fue un folclorista con la
categoría suficiente, para que Guía titule un Festival Folclórico, de mas
o menos trascendencia, con su nombre y con la pomposidad que ello
conlleva, y lo voy a demostrar con pruebas y evidencias que a continuación
expongo numéricamente:
Primero.- El nombre correcto del citado personaje es, Sebastián Godoy
Ramos y no Bolaños como último apellido, como figura en los medios de
comunicación que han anunciado tal evento
Segundo.- Que como ya he indicado infinidad de veces en los medios de
comunicación, en Guía existieron y siguen existiendo, unas sagas o
familias que han estado siempre y de manera especial ligados a la música y
el folclore, así citaba: a los Dávilas, los Ossorios, los Hernández y
Álamos, los Aguiar Moreno, los González y Moreno, y otras de menos
relevancia. Citar brevemente algunos de los pertenecientes a estas citadas
familias, que conformaron en todo momento los grupos más relevantes en el
desarrollo de tales menesteres. A finales del siglo XIX, según referencias
y manifestaciones que me hicieron, ya bastantes mayores algunos habitantes
de Guía, se inauguro una Sociedad Cultural y Recreativa, que se ubico en
la calle Marques del Muni, entre la casa de Luisito Padrón y el inicio de
la bajada del Lomo. Esta primera entidad social legalmente constituida,
tuvo su Rondalla, y su primer Presidente y fundador fue Francisco Ossorio
Ortega, (que fue el primer Jefe de la cárcel del Partido Judicial y muy
posteriormente conocido como maestro Pancho el Cartero, por haber sido uno
de los primeros funcionarios existentes en Guía con esta especialidad,
siendo Administrador de Correos Juan Ayala), colaboraron con el, Francisco
Dávila Suárez, (conocido por maestro Pancho Dávila, padre de Juan
Francisco, Bernardo, --practicante muy conocido y estimado en nuestro
pueblo, además de eminente músico, sobre todo con la guitarra y el
cornetín, Alberto y Francisca Dávila Osorio), Antonio Dávila Suárez,
hermano del anterior, (padre de Juan (mi padre), Lorenza, --muy apreciada
en San Roque, que como enfermera que fue durante toda su vida del
Hospital, hacia muchas obras de caridad, poniendo inyecciones y haciendo
curas a todos sus vecinos, que como dice Antonio Aguiar Díaz, en el pregón
de la fiesta del 2003, se la conocía por Chencha, y jamás cobro a nadie
por estas obras que llevaba a cabo--, Antonio, Juana, Amparo, Maria y
Bartolo Dávila González), Manuel Jiménez Ossorio, (padre de Paco –conocido
por el Latonero--, Fefa, Manolo, Mercedes, Genoveva, Rosalía y Pedro
Jiménez), su hermano Juan Jiménez Ossorio, y tantos otros. Estimo que como
documento, --in memorian-- se vaya observando ya que desde un principio
existía una connivencia –que con el tiempo se haría mas patente--, entre
dos de las familias citadas, como prueba irrefutable de lo que aquí quiero
demostrar, desmontando así unos meritos inexistentes, que se le han
atribuido a un vecino de mi pueblo sin haber razón para ello.
Tercero.- Para seguir un orden cronológico en lo referido al tema que
me ocupa, más o menos aproximado. En este punto quiero hacer referencia a
la familia Hernández y Álamo. Empezando por Virgilio Hernández (el viejo),
al que le sucedió en la dirección de la Banda Municipal de Guía, su hijo
Virgilio --vuelvo a insistir una de las mejores de las islas Canarias--,
donde la mayoría de los componentes de ellas eran Ossorios, Dávilas,
Hernández y Álamos. Citar brevemente algunos miembros de la misma que eran
parientes entre si y que le daban un cariz de virtuosismo a la Banda
mencionada: nombrar una vez mas a, Manuel y su hermano Juan Jiménez
Ossorio, Juan Francisco Dávila Ossorio y sus hermanos Bernardo y Alberto,
Juan Dávila González, Cristóbal y Camilo García Ossorio, Isidro Morera
Ossorio, José, Antonio, Manolo e Ignacio Mendoza Ossorio, Manuel Suárez
Ossorio, Virgilio, Alberto, Pepe –el verga--, Augusto, Honorio Hernández
Rodríguez, Ignacio y Benito Álamo Díaz, Antonio Aguiar y su hijo Antonio
Aguiar Ossorio, Manolo y Mario Aguiar Moreno, (la madres de estos dos
últimos era Maria de Guía Moreno Ossorio), Manolo Moreno y sus hijos, (su
padre-abuelo llevaba el apellido Ossorio), estos últimos citados
triunfaron en Las Palmas, (especialmente en la Banda Municipal y en la
Orquesta Filarmónica, además fueron escuchados y aclamados en diferentes
países, especialmente en Egipto, Túnez, Libia, Argelia y también en
algunos europeos ribereños al Mar Mediterráneo), Ignacio y Juanito Ossorio
López y nombrar finalmente a Néstor Álamo Hernández, (nieto de Virgilio
Hernández, denominado "el viejo" para diferenciarlo de su hijo), que
aunque no era músico ejecutante de instrumento alguno, ha sido sin lugar a
dudas el mas grande compositor y letrista de Canarias.
Cuarto.- Aquí quiero exponer los meritos incuestionables que revestían
a Juan Dávila González y a sus primos Juan Francisco y Alberto Dávila
Ossorio, especialmente como folcloristas, e investigadores, arreglistas y
extraordinarios instrumentistas, dado que eran profesionales y no
aficionados, como abundaban en aquellos tiempos en Guía y por lo que he
podido ver, a través de los programas televisivos: Tenderete y la Bodega
de Julián, los siguen habiendo sin tener el mas mínimo recato de
comparecer en unos medios que llegan a todos los rincones del mundo –por
los canales internacionales de ambas televisiones—dando una imagen
deplorable de lo que fue Guía en estos menesteres y de lo que
desgraciadamente es hoy, y lo voy hacer con arreglo a las siguientes
puntualizaciones:
a).- Mi padre que nació el día de Santa Bárbara de 1903, emigro a Cuba
en 1919, Al llegar a la Habana, conoció a un gallego un tal Couto creo
recordar, (músico de profesión), que lo llevo al Centro Gallego y se lo
presento al Director de la Orquesta de Pulso y Púa del citado centro, (que
estaba compuesto por mas 80 miembros), llamado Amadeo Vides (no confundir
con Amadeo Vives), el cual le hizo una prueba, y automáticamente lo nombro
laúd principal, de la citada orquesta. Debuto en el Teatro Nacional de la
Habana, con solo 19 años, con la obra denominada "La Caballería
Rusticana", donde tuvo que hacer de solista con el laúd, en una parte de
dicha obra llamada "La Siciliana", que era muy difícil de ejecutar. El éxito fue
clamoroso y los periódicos locales ensalzaron su actuación, haciendo
mención a la gran exhibición que había hecho –el isleño--, como así
llamaban cariñosamente en Cuba a los canarios, de esta gran obra maestra.
La citada Orquesta Gallega, se exhibió por todos los países que
conformaban la América caribeña, y mi padre se acredito internacionalmente como un
virtuoso instrumentista, con el laúd. Hace algún tiempo aquí en Maspalomas
un señor mayor que fue miembro de la Banda de Gáldar, me dijo que José
Oliva Sosa, --conocido por Pepiyiyo— insigne tocador de la bandurria,
abuelo de Celia Maria y Pedro Domínguez Sosa, le había manifestado una vez
que Juan Dávila, era el mejor interprete que había con el laúd, y que
seria muy difícil, que aun con el paso del tiempo, alguien lo superase,
como es lógico esto me lleno de orgullo, y le conteste, --como tal hoy no
se le aprecia así en Guía, dada la polinización musical que existe en mi
pueblo, para desgracia del mismo--. La versatilidad musical de mi padre en
lo clásico, en lo folclórico y posteriormente en lo popular, --no quiero
ser pedante y mucho menos hacer gala de una evidencia conocida en mi
pueblo, y que todavía muchos de sus habitantes pueden atestiguar, pidiendo
perdón por esta soflama, que hago de el, como reconocimiento de lo que
fue, sin jactancia y mucho menos presumir de ello. Estimo que en la
historia musical de Guía si alguien la ha escrito, cosa que dudo, --de la
cual ya he hecho y escrito mucho y si se me permite podría adornarla mas,
dado el gran conocimiento que tengo de ella, modestia aparte, contando
para ello siempre con la colaboración y con la aquiescencia de sus
autoridades--, además de ser un interprete con el laúd, también lo era con
la bandurria, la mandolina, la mandola, la guitarra, el contrabajo
tradicional –con el cual formo parte durante muchos años en la orquesta
Mejías— con la flauta y con el saxofón tenor.
b).- Cuando mi padre regreso de Cuba, un insigne musicólogo de Las
Palmas, llamado Teofilo Morales y Martines de Escobar, ejerciendo como
Secretario del Ayuntamiento de Gáldar, pero residiendo en Guía, fundo, la
Orquesta de Pulso y Púa Tirma, donde volvieron a encontrarse fundamentalmente, otra vez los
Dávilas y los Ossorios. así formaron la misma solamente siete miembros mas
el Director, estos eran: Juan Francisco Dávila Ossorio, José Sosa Oliva y
Ubaldo Morales, como bandurrias, Alberto Dávila Ossorio, Juan Jiménez
Ossorio y Eduardo Aguiar –también vinculado a la familia Ossorio por parte
de su madre--, como guitarras y Juan Dávila González, (mi padre), con el
laúd. Don Teofilo supo elegir, ya que eligió a la flor y nata de la época
en estos menesteres. Los conciertos de la citada orquesta fueron épicos,
dándole a Guía renombre y fama. Interpretaban música clásica
esencialmente, música de connotaciones canarias como los Cantos de
Teobaldo Power. Me comentaba mi padre, que cuando actuaban solían
interpretar las composiciones mas importantes de los grandes: como
Bethoven, Chopin, Verdi, León caballo, Mozart, algunas zarzuelas de
Chueca, Bretón de los Herreros, Falla, Albeniz etc., pero que Don Teofilo
sentía dentro de su pragmatismo una inclinación por las grandes obras de
Richard Wagner, por ello era muy proclive a poner en el atril muchas de
sus composiciones de gran renombre y que interpretaban magistralmente,
así: Tannhauser, Lohengrin, Los Maestros Cantores de Nuremberg, El Oro del
Rhin, El Ocaso de los Dioses, Las Valkirias, Tristán e Isolda, Sigfrido,
El Anillo de los Nibelungos, Parsifal, etc. fueron oídas por primera vez
en versión de una Orquesta de Pulso y Púa. Manifestar por ultimo con
verdadero cariño y sentimiento, la incorporación a la Orquesta de una
jovencísima Celita Sosa, con la mandolina, a la cual conocí en mi tierna
infancia teniéndole a la misma un gran afecto, ya que como eminente
Profesora que era, además de una gran artista, me daba muy buenos
consejos, cuando la visitábamos en la casa de su padre en San Roque.
Para la gente joven de mi pueblo que posiblemente, nunca hayan oído
hablar de ella y que sean amantes de la música y el folclore, decirles que
Celita era la madre de los ya nombrados, --Celia Maria, Maria Agustina,
--fallecida—y de Pedro Domínguez Sosa, eminente Psiquiatra ejerciendo en
Las Palmas, y que para desgracia de quienes la tratábamos y la conocíamos
murió muy joven.
c).- Ahora quiero repasar la vida musical y folclórica, de mi primo
Juan Francisco Dávila Ossorio. Y quiero comenzar haciendo referencia a una
conversación que mantuve en la Casa Condal de Maspalomas, con Paco Ramírez
Estévez en presencia de Manuel Cruz Saavedra, que vinieron a la
inauguración de la exposición de parte de las esculturas de Cayetano
Guerra Aguiar, que es lógico decirlo tuvo una gran aceptación. Me decía
Paco, que siendo bastante joven recibió clases de violín, y que las mismas
se las daba Juan Francisco en su casa. Y ya que también he nombrado ha
Manuel Cruz, decir que fue el primer tesorero de la Agrupación
Tirma-Guiense. Juan Francisco, también tenía unas connotaciones
instrumentistas extraordinarias, ya que aparte del violín, tocaba la
bandurria, la guitarra y el clarinete. Fue director en varias ocasiones de
la Rondalla Princesa Guayarmina, comenzando su andadura como tal en la
misma, en el año 1941, cuando Don Francisco León Padrón, (Juez), la fundo.
también ostento en varias ocasiones la dirección de la Banda música, era
como hoy se dice un tecnócrata relevante en temas musicales. Con la
bandurria y el clarinete fue un fiel reflejo de la trayectoria musical que
le imprimían los apellidos que llevaba, los cuales han escrito con letras
de oro el nombre de Guía. Al igual que su hermano Alberto y su primo Juan,
eran además de grandes folcloristas, arreglistas, --que con la experiencia
que tenían, eran capaces, de cambiar tonos, ritmos y hasta de añadir
arreglos en las partituras que estudiaban o interpretaban--. Juan
Francisco murió joven y su carrera musical fue efímera, ya que no tuvo
tiempo de desarrollar cuanto sabia al respecto, que era mucho. Dada la
ignorancia que existe en mi pueblo con respecto al conocimiento de su
historia musical, quiero ofrecerme de manera desinteresada para asesorar a
los gobernantes, especialmente a los que llevan las áreas de Cultura y
similares, para que cuando tengan que hablar sobre estos temas que tanto
hicieron brillar a Guía, convirtiéndola en la meca de la música y el
folclore, o al menos se me permita por quien corresponda hacer, en forma
de texto o de tratado el devenir de mi terruño en tan relevantes
cuestiones. Y retomando como protagonista a Juan Francisco, quiero exponer
que era un caballero y así lo demostró, cuando mi padre lo derroto
limpiamente, siendo el Director de la Guayarmina, en un concurso local que
se celebro en los años 40 del pasado siglo y que gano la Rondalla de La
Atalaya en buena lid, --de la cual mi padre era director--, abrazándose y
elogiándose mutuamente como primos hermanos que eran.
Antes de proseguir con este análisis, que estoy llevando a cabo, sobre
la inadecuación de elegir el nombre de Sebastián Godoy Ramos –no Bolaños,
el desconocimiento es muy atrevido—dijo un eminente filósofo griego, al
darle su nombre al festival folclórico que se lleva a cabo en las fiestas
de la Virgen. Estimo pertinente hacer un inciso, para manifestar que
Alberto Dávila, ya tuvo su homenaje, aunque no fue todo lo brillante que
debió ser, pero Guía siempre ha sido muy desagradecida. Recordarle ahora a
sus gobernantes y pueblo en general, que hay muchos pendientes todavía y
que estos tienen cabida, en las tres fiestas principales que celebra mi
pueblo con visos folclóricos, como son la del Queso, la de la Virgen y la
de las Marías. Refiriéndome a la del Queso, quiero hacer constar, que hace
algunos años, personalmente le entregue a Juan Márquez, unas bases
mecanografiadas, sobre la importancia de desarrollar durante esas fiestas
un concurso a nivel provincial o regional, de coplas canarias, y la que
proponía para aquel año versaba sobre las folias. Estimo pertinente
decirle a los gobernantes de mi querido pueblo, que en la vecina ciudad de
Gáldar, había una familia de eminentes músicos, --los Batistas--,
conformado por el padre que fue Director de la Banda, y los hijos de este,
Pepe, Pancho, Víctor y Antonio. Citar también que en San Isidro, barrio
galdense hizo una gran labor un tal maestro Machín, que aunque algo
limitado en sus conocimientos musicales organizo y dirigió una Rondalla,
creo recordar solo de mujeres, a los cuales el consistorio de Gáldar le ha
reconocido sus relevantes meritos con homenajes y hasta con nombres de
calles. Guía olvida, y no recuerda a sus preclaros y distinguidos hijos.
Anoche domingo día 7 de Agosto, me llamo por teléfono un amigo de toda la
vida, natural y residente en Gáldar, para hacerme una critica, sobre un
articulo de opinión que publique, cuyo personaje central era Pepe Gil. Y
me manifestó muy sorprendido como no había escrito sobre mi tío Cristóbal
García Ossorio, insigne músico, profesor, compositor, y le conteste –que
ya tenia en mente algo sobre el que publicaría muy pronto--.
d).- Analizar ahora los meritos de mi primo Alberto Dávila Ossorio, el
cual en su dilatada carrera musical siempre le ofreció a Guía, su saber y
su experiencia, es tarea fácil. En el manejo de la guitarra, Alberto fue
uno de los concertistas mas completos que hayan podido existir en
Canarias, ejecutaba con gran exquisitez las composiciones de Francisco
Tarrega y Andrés Segovia y al igual que otros posteriores de fama mundial
como Regino Sainz de la Maza, Paco de Lucia, --con un estilo ahora mas de
origen flamenco--, Blas Sánchez, --de Ingenio—y Florentin Gutiérrez, -- de
la Villa de Arico, en Tenerife, insignes guitarristas a nivel mundial,
Alberto en nada desmerecía, en sus conocimientos y en la ejecución de las
obras que llevaba a cabo, a estos grandiosos concertistas con su guitarra.
Es interesante resaltar una vez mas, que Juan Francisco, Alberto y Juan
Dávila, eran unos profesionales, como instrumentistas, arreglistas e
investigadores del folclore canario en general. Con motivo de unas
aseveraciones, que solía hacer Chanito el practicante, en los momentos
preliminares de alguna intervención de la Guayarmina, relativo a lo que
denominaba –folias antiguas u otras mas rimbombantes todavía como las
llamadas –folias de Gáldar--, hubo en Radio Las Palmas, un programa debate
donde participaron, Alberto y mi padre, --Juan Francisco ya había
fallecido--, en representación de la Agrupación Tirma-Guiense, la
Guayarmina no presento a nadie, que defendiera la tesis de sus cacareadas
folias antiguas, lógica incomparecencia pues no tenia entre sus
componentes a nadie, que pudieran rebatir los conocimientos de los primos
Dávila, y por Las Palmas fueron un representante de la Guanarteme y otro
de la Rondalla del Club Victoria. Alberto y mi padre defendieron la teoría
incuestionable de que las folias solo eran unas, que se podían alterar los
tonos, incluso el ritmo, pero la estructura de la composición que figuraba
en el papel pentagramado tenia una única opción, y que lo que denominaba
Sebastián Godoy, --como folias antiguas—no tenia desde el punto de vista
de los compendios musicales, ningunas connotaciones, para llamarlas de una
u otra manera. Creo recordar que los representantes de las Agrupaciones de
Las Palmas, estimaron y dieron como bueno las relevantes exposiciones de
los Dávilas. Con relación a las llamadas –folias de Gáldar--, también
demostraron con elocuencia estos primos citados, que no eran tales, que la
citada copla, que tienen reminiscencias de algunas regiones de la
Península, al igual que la malagueña y la isa, solo tenia en Gran Canaria
una única forma musical, sin considerarse que existiera otro tipo de la
misma, en ningún municipio de la isla. El acuerdo en dicho debate fue
unánime, desestimándose totalmente la existencia de otro tipo de folias, a
excepción de las que se desarrollan en Fuertventura y Lanzarote que tienen
otra cadencia. Volviendo a repasar la vida musical y folclórica de Alberto
Dávila, hay un dato muy relevante que lo definieron como un verdadero
fenómeno de este – arte—definido y disculpen la redundancia –como el arte
de bien combinar el sonido con el tiempo--. En Las Palmas se convoco un
concurso oposición, patrocinado por la Banda Municipal, para ocupar la
plaza de Clarinete Principal, el examen consistía en interpretar una
pieza, elegida por su Director, Don Agustín Hernández. Alberto fue
examinado, cuando ya lo habían hecho un buen grupo de aspirantes, quedando
otros tantos para así hacerlo. Al terminar el primo Alberto su actuación,
salio al pasillo uno de los subdirectores, el cual les manifestó al grupo
pendiente por intervenir lo siguiente –pueden marcharse ya hemos
encontrado lo que queríamos--, convirtiéndose Alberto desde aquel momento
en clarinete principal de la Banda Municipal de Las Palmas. Es interesante
resaltar, que al final de los ensayos de la Tirma-Guiense, en su local
social, algunos vecinos de mi pueblo que asistían a los mismos, recordar
entre estos a Gregorio Miranda Santiago, Miguel Gordillo, --Policía
Municipal--, Manuel Saavedra Santiago, --conocido por el Lugino--, les
pedían a mi padre y Alberto, que tocaran algo especial y accediendo a las
peticiones de estos buenos amigos, interpretaban fragmentos de operas y
zarzuelas, valses colombianos, danzones cubanos, fantasías de las isas,
folias y malagueñas. Algunas veces nos cogía el amanecer oyendo estas
interpretaciones totalmente embelezados. Alberto como director de la Banda
de Guía, y de la Tirma-Guiense, era un digno profesional, y dado estos
meritos grandilocuentes hace un par de años el Ayuntamiento de Guía, le
rindió un homenaje en el cine Hespérides, en el cual me toco a mi
presentar y exponer, de manera muy resumida la grandeza musical de este
querido primo.
e).- Y por fin, enjuiciar los conocimientos y los meritos contraídos
por Sebastián Godoy Ramos, conocido por Chanito el practicante, director
de la Princesa Guayarmina, en lo que respecta a su influencia musical y
folclórica en Guía, y que le ha valido injustificadamente, para que el
Festival Folclórico que se celebra todos los años en las Fiestas de la
Virgen lleve su nombre. Sebastián Godoy, no tenía ni el más mínimo
conocimiento musical, al igual que todos los componentes de su Agrupación,
a excepción de Perico el Barbero, que precisamente no era un dechado de
virtudes en tales menesteres. El nominado Chanito, tocaba la guitarra y el
timple, con muy poco "tino", y no pasaba de ser un vulgar interprete con
ambos instrumentos, dado sus conocimientos muy limitados que precisamente
lo invalidaban para ser un referente del folclore canario, sobre todo en
Guía, que como ya he manifestado era superado, especialmente por los
primos Juan y Alberto Dávila, quizás con mas meritos para ser nominados
como figuras excelsas en el desarrollo musical y folclórico de un festival
de estas características.
Sinceramente no comprendo, quien ha instituido este certamen dándole el
nombre de una persona, --posiblemente buena, caballerosa y hasta
caritativa--, pero que en el ambiente específicamente folclórico y
musical, nunca brillo para hacerse acreedor de tal nominación.
Cuando en Las Palmas se fundo, la Orquesta de Pulso y Púa del Real Club
Victoria, que bajo la dirección del insigne músico y compositor, Don Luis
Prieto García, que se rodeo de la flor y nata musical de Gran Canaria,
solo formaron parte de ella los guienses, Juan Dávila González, Alberto
Dávila Ossorio, Pablo González y José González Moreno, conocido por Pepe
el Rubio todos eran componentes de la Tirma-Guiense. Estimo decir que esto
no fue una casualidad, todo lo contrario, era el reconocimiento a unos
músicos, que habían demostrado de manera clara y contundente unas
cualidades excepcionales, que los hacían imprescindibles en cualquier
evento de estas características. La polinización musical de Guía, se hizo
patente, así la Guayarmina contaba con el apoyo de la mal llamada
–burguesía guiense--, donde destacaba Paquito González, valedor y
mantenedor financiero de la misma. Por el contrario la Tirma, era mas
popular, y que algunos malnacidos la llamaban la Rondalla del Alcalde, ya
que Juan García Mateos ejerciendo esta función, amigo de la infancia de mi
padre, sentía y reconocía como buen tocador de guitarra que fue, las
connotaciones privilegiadas que su cuerda musical, formada casi toda por
profesionales, exhibían en sus actuaciones.
No quiero terminar este memorando, sin hacer referencias algunas
anécdotas, que estimo los vecinos de mi pueblo deben conocer,
especialmente por sus interesantes contenidos.
Un guiense defensor a ultranza de su pueblo llamado Manuel Saavedra
Santiago, mas conocido por Manuel Lugino, ya nombrado muy simpático,
agradable y gran persona, muy buen amigo de mi padre, cuando nombraba a
Chanito, le daba el apodo de "cholito", y cuando hacia referencia a sus
pocas virtudes musicales, decía entre otras cosas, --cholito toca pa
dentro--, definición esta que se hacia de los malos músicos. Todavía hay
un guiense, que según mis ultimas noticias reside en Tafira, Pepe el rubio
que puede dar fe de esto que manifiesto, ya que el otro Juan Aguiar
Moreno, falleció recientemente y que al enterarme de su muerte hace unos
días en Guía por medio de Antonio Sosa Tacoronte, de verdad que me hizo
sentirme muy mal pues fue un gran compañero y entrañable amigo.
La Guayarmina cuando participaba en el Concurso de San Pedro Mártir, en
Las Palmas, donde también lo hacia la Tirma Guiense, antes de iniciar su
actuación, Chanito tenia por sistema leer ya en el escenario un panfleto,
que le preparaba un abogado de Guía, el cual predisponía al jurado desde
el primer momento a favor de su Rondalla. Recuerdo un año celebrándose
este en el Parque de San Telmo, la Tirma con mi padre y Alberto como
grandes arreglistas que eran, enlazaron en una sola pieza, folias,
seguidillas e isas, al estilo de Tenerife aunque en esta isla las coplas
enlazadas, desde tiempos inmemorables, eran, folias, seguidillas y
saltonas. La predisposición del jurado del concurso citado que lo presidía
Sebastián Jiménez Sánchez, Delegado Provincial de Estudios Arqueológicos,
en connivencia con otro miembro del mismo, Antonio Herrera, Director de la
Banda Municipal de Arucas, desde siempre incidían con el desacuerdo del
resto de los componentes del mismo en beneficio de la Guayarmina
otorgándole a la Tirma, siempre el segundo premio. Excelentes músicos y
expertos que asistían en calidad de oyentes discrepaban de esta
inclinación perpetua, de los dos miembros citados del Jurado, los Sres.
Jiménez y Herrera. Las publicaciones en la prensa, se hacían eco del
vergonzoso comportamiento de estos dos elementos perniciosos que llevaban
adelante un antifolclorismo. En uno de estos concursos, mi padre que nunca
se arrugo ante nadie, cuando le entregaron el sobre con el premio que
acreditaban a la Tirma, como segundo, se fue a la mesa del Jurado, y
arrojándole el mencionado sobre con su contenido a la cara a Sebastián
Jiménez Sánchez, le dijo, --Vd. entendiera de arqueología pero de música y
folclore no sabe ni lo que es un "re", --se refería a la nota musical
correspondiente, y encarándose con Antonio Herrera, le manifestó –parece
mentira que te prestes a estos chanchullos, lameculos--. Sebastián
Jiménez, ordeno a la Policía Municipal que detuvieran a mi padre, pero Don
Virgilio Suárez Almeida, Presidente del Real Club Victoria, conjuntamente
con Don Luís Suárez, directivo de la misma entidad, que se encontraban
entre el publico, se levantaron y recriminaron al jurado, con palabras muy
gruesas que no me atrevo a manifestar, y dirigiéndose a los Policías les
indicaron que dejaran libre a mi padre, ya que le asistía toda la razón
del mundo y que su comportamiento había sido el correcto.
Mi padre y Alberto tenían unas características muy diferentes, Alberto
era algo retraído por el contrario mi padre era mas extrovertido, y cuando
tenia que decir algo o llamarle la atención por algo mal hecho o mal
interpretado, no se andaba con medias tintas, y con energía le hacia ver
al reprendado como tenia que ejecutar lo que estaba haciendo.
Cuando en los barrios guienses de Anzofé y La Atalaya, empezaron a
gestarse movimientos populares, para que se construyeran sus Iglesias
respectivas. Los primeros en acudir a tales barrios, ofreciéndoles formar
un conjunto de cantantes y actores, para iniciar una campaña en forma de
espectáculos, fueron mi padre como director musical y conjuntamente con
el, yo su hijo, Pepe el Rubio, Francisco Vega Dávila, Juan Aguiar Moreno y
Jesús González –conocido por Campanera—con el único fin de reunir algo de
dinero, procedente del cobro de los espectáculos que pudiéramos llevar a
cabo. Nos desplazábamos caminando de manera alternativa, a los citados
barrios, de los cuales regresábamos a altas horas de la noche, para
ensayar y sacar adelante aquel proyecto iniciado por mi padre. Lo
conseguimos dada la gran tenacidad que pusimos en el empeño y al poco
tiempo, los resultados empezaron a dar frutos. Actuamos en el cine de la
Atalaya, en el cine Hespérides de Guía, en el Guaires de Gáldar, en el
Díaz de Arucas, en el de Bañaderos e incluso en el de la Aldea y así se
comenzó a reunir dinero para iniciar las obras de las Iglesias de ambos
barrios. Dije casi al principio de este escrito que mis conciudadanos,
nunca fueron agradecidos, y así quedo demostrado, cuando las obras de las
citadas Iglesias concluyeron, nadie le agradeció a mi padre ni a nosotros,
la colaboración prestada de manera totalmente desinteresada, y que
significo el inicio de una meta conseguida al fin, cuando el Rvdo. Sr.
Obispo, bendijo y aperturó ambos templos. Estimo que como consecuencia
lógica de todo lo que he expuesto en este largo memorando, estimen y
analicen con lógica si Guía, se merecía o no dar el nombre de Chanito al
festival en cuestión, en detrimento de las personas analizadas cuyo
currículo musical y folclórico, es de lo mas elocuente y grandioso, ya que
le dieron a Guía un prestigio y una gloria jamás igualada, que parece se
quieren arrogar ahora de manera ilegitima otras personas, que nunca
estuvieron en lo alto de la ola, en estos temas tan transcendentales.
Pido disculpas por la crudeza, que a veces he empleado en el desarrollo
de este documento, empleando palabras que pudieran herir o generar
susceptibilidades, pero sinceramente todo lo expuesto se ajusta a la mas
estricta y lógica realidad.
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Juan Dávila-García
Junio 2006.