Metidos ya en la faena de hablar de cantantes melódicos, hoy me voy a
ocupar de uno que fue muy conocido por su indudable calidad, y al que se
comparo en aquellos años con Jorge Sepúlveda, Lorenzo Santamaría y José
Guardiola, me refiero a José Pérez Rodríguez, conocido por Pepe kiko
viviendo desde hace bastante tiempo en Gáldar. Es indudable que las
características de tan elocuente músico-cantante hizo que su fama rebasara
las fronteras de Canarias y que muchas orquestas quisieran tenerlo como
vocalista y como interprete del trombón de vara, -como tal llego a
considerársele como el mejor de la provincia de Las Palmas-. Formo parte
de la orquesta Mejías desde su fundación, juntamente con Cristóbal García
Ossorio, los hermanos José y Manolo Mendoza Ossorio, Nicolás Hernández
Cruz y Juan Mejías su fundador y director, aproximadamente en el 1954 una
grave enfermedad lo aparto definitivamente de la música y de la farándula.
Era hijo de Manolito el cabo, jefe que fue de la Policía Municipal de
Guía y de Lolita Rodríguez de la familia de Juana la liona, tenía los
siguientes hermanos, Manolo, -teniente o capitán del ejercito del aire-,
Ana, Dolores, Gustavo, Elio y Antonio, este último fue director de la
sucursal de la Caja Postal de Ahorros en la Plaza de la Victoria.
Pepe Pérez, dentro de la canción melódica fue en aquellos tiempos un
interprete de una extraordinaria valía convirtiéndose en el complemento
más representativo de la orquesta Mejías que tenía en el un baluarte que
hacía que la misma brillase a la altura que siempre lo hizo, le revestía
una forma de cantar imposible de igualar, de ahí que se le comparase como
ya he manifestado con los mejores cantantes españoles de la época.
Pepe kiko en los años cuarenta y cincuenta fue el precursor de una saga
de cantantes que luego le precedieron y que yo recuerde, ninguno se ha
acercado a su forma de interpretar con la única excepción de Miguel Ángel
Hernández Rodríguez. Este entrañable amigo tenía la tesitura de tenor, y
la limpieza en su forma de cantar era tal que llegaba a los agudos con una
nitidez de expresión jamás igualada. Su versatilidad era incuestionable.
Era fácil verle interpretar un bolero, fox, swing y hasta un pasodoble de
connotaciones folclóricas. Recuerdo que cuando a principio de los años
cincuenta se puso de moda La Plegaria, -emotiva canción por su melodía y
letra-, el kiko como le llamábamos cariñosamente los que habitábamos en su
entorno, hizo de la misma algo así como un himno bolerístico, ya que en
cuantos bailes amenizaba la Orquesta citada se la solicitaban en el
transcurso del mismo hasta cuatro y cinco veces. El énfasis que le daba
con su estilo tan peculiar a tan dignísima pieza hacía las delicias del
público que le escuchaba.
Pepe paseo su virtuosa forma de cantar por las sociedades de mayor
categoría que habían en la provincia de Las Palmas, desde el Gabinete
Literario y Club Náutico pasando por el Circulo Mercantil, Artesano,
Racing, Rehoyano, Ferreras, y en los casinos de Guía, Gáldar, Arucas,
Telde, Ingenio, Aguimes, Moya, Agaete y en clubes como la Atlantida de
Arucas, Tirma-Guíense y Princesa Guayarmina de Guía, Aldea de San Nicolás,
en Lanzarote actuó en infinitas ocasiones en el Casino Club Náutico,
Circulo Mercantil, Torrelavega y en pueblos como San Bartolomé, Haría,
Tinajo, Teguise, en Fuerteventura lo hizo en las sociedades de Puerto del
Rosario y Gran Tarajal y en Ifni en las Residencias de Oficiales y
Suboficiales y en alguno que otro club privado. Recordar que donde se
lucía con su elocuente versatilidad era en los incomparables bailes que se
llevaban a cabo en la Sociedad de la Montaña de Gáldar, donde realzaba con
infinita bondad sus interpretaciones dedicadas con especial cariño a los
asistentes de aquellos inolvidables bailes que allí se desarrollaban que
tenía un significado de tal calibre que de los mismos se hacían eco en
todos los pueblos limítrofes.
A Pepe siempre le revistió una gran humildad, y el haber sido nominado
como el mejor trombón de la isla no hizo en el ninguna mella. Hoy todavía,
ya mayor cuando lo veo en Gáldar y charlamos, le recuerdo aquellos años de
triunfo y con su fácil oratoria le quita importancia. Pepe Pérez, fue un
icono que marco un hito con su insuperable forma de cantar, que brillo con
luz propia formando parte de una de las mejores orquestas que ha habido en
Canarias como lo fue la de Mejías.
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