Guía de Gran Canaria

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Los barberos de la Ciudad de Guía de Gran Canaria

Por Juan Dávila-García

Hoy quiero dedicarles esta pagina a los insignes barberos, -hoy peluqueros-, que existieron en Guía, y que fueron unos verdaderos estilistas. Estoy seguro que muchos ciudadanos de nuestro pueblo les recordaran por las grandes cualidades que como artesanos encumbrados en estos menesteres les revestía. Estimo interesante citar también aunque sea de pasada los que hoy todavía siguen ejerciendo tan elegante profesión en nuestro pueblo aunque por las referencias que tengo son bastante pocos. Ser barbero al menos en aquellos tiempos implicaba una preparación fuera de la común ya que eran innumerables los cortes de pelo que los clientes demandaban. Los había de origen alemán, francés, americano y los netamente españoles, cada uno tenía su propio estilo en cuanto a su desarrollo, y la configuración de la cabeza presentaba diferentes formatos, que cuadraban perfectamente con el pelado solicitado por el cliente.

Los barberos estilistas de aquella época eran muy dados a utilizar la tijera y la navaja en la mayor parte de cortes que hacían, solo usaban la maquinilla para limpiar el cuello, ya que todo el trabajo lo realizaban con estos dos artilugios citados, denominándose esta forma de realizar el corte, -a punta de tijera o navaja-. La realización requería unos conocimientos especiales sobre el arte de la peluquería, es significativo manifestar que todavía muchos profesionales lo hacen hoy aunque ya no con tanta frecuencia. El uso de la maquinilla eléctrica se ha impuesto totalmente en detrimento de la tijera y la navaja que solo se usan para emparejar, hacer los recortes y en algunos casos aislados para la limpieza del cuello. El desmonte del cuello y la forma tan bonita que se le daba al mismo denominada disminución –donde la tijera realizaba una gran labor- ya casi no se utiliza, salvo excepciones el peluquero de hoy lo basa todo en la maquinilla con sus peines de diferentes calibres, desde el doble cero hasta el dos. Un peluquero de antaño tardaba en hacer un corte entre cincuenta minutos y una hora hoy el tiempo se ha reducido a quince o veinte, los tiempos han variado en función de las herramientas, -antes las maquinillas eran manuales-, incidiendo también la sencillez de los diferentes cortes que hoy se hacen, aunque es lógico reconocer que los hay bastante enjundiosos.

Los barberos de antaño, eran muy versátiles y llevaban a cabo labores muy relacionadas con la salud más elemental, sacaban muelas, ponían inyecciones, curaban heridas y hasta hacían sus pinitos en la cirugía más elemental, como era la de curar forúnculos, tabardillos, juanetes etc. En consonancia con esta praxis tan común de los barberos, recordar que en el año 1957 aproximadamente, mi padre le abrió un forunculo que tenia en el cuello maestro Benigno Rodríguez padre de Joaquín Rodríguez, haciéndole la cura correspondiente tres veces en semana hasta que la herida cicatrizo y quedo totalmente curado. Posiblemente como el, estuvo haciendo las practicas para sacar el titulo de practicante, derechos que cedió a su primo Bernardo, más necesitado en aquellos tiempos, siempre acredito una innata facilidad para llevar adelante la practica de esta medicina rudimentaria.

En Guía desde principios de los tiempos siempre hubieron bastantes barberías, pero no quiero remontarme a algo tan lejano por eso voy a citar en un principio la de maestro Pancho Dávila, de finales del siglo XIX, donde ya en pleno siglo XX ejercieron como tales sus hijos Juan Francisco, Bernardo y Alberto, mi padre y mi tío Antonio, la misma estaba situada al lado de la plaza en la casa de Salvador Galván, donde estuvo ubicado hasta no hace mucho tiempo el banco de Bilbao. Más tarde esta peluquería fue adquirida por mi padre, trabajando en la misma, mi tío Antonio, -ya citado-, Fernando Calero y Francisco Estévez conocido por Paco mano. Con el paso del tiempo fueron apareciendo otras, que conformaron un numeroso elenco barberistico en Guía, así por ejemplo los hermanos Sosa Oliva conocido por los pepillillos, que ya habían tenido un gran centro de estas características en la Habana (Cuba) creo que llamado la Rosa, donde trabajaban José, Pedro, Vicente, Manuel y mi padre. Al regreso de la isla caribeña, José y Manuel abrieron sendas barberías en Guía, el primero en la calle Canónigo Gordillo y el segundo en la plaza de San Roque, Juan Fernando Aguiar inauguro la suya en Pérez Galdos y su primo Chano en la misma calle casi limitando con San Roque, frente a la casa donde vivieron los Corti, Raimundo Díaz en Canónigo Gordillo, mi padre inicio su singladura en la casa de Salvador Galván, -ya citada-, pasando luego a Medico Estévez, primero donde esta hoy situada la farmacia de Fernando Guerra, más tarde en la casa de Pedro Castellanos y finalmente en la casa de mis tías y en la misma calle más hacia siete la tenia Francisco Mamea, bastantes años más tarde Carmelo Suárez instalo la suya en la calle Marques del Muni, frente a la casa de los López, hoy todavía existe pero convertida en unisex que dirige su hijo José Ramón.

Los barberos de Guía tuvieron por su forma de practicar la profesión una reconocida y constatada fama, se de la circunstancia de que muchos personajes que residían en Las Palmas se desplazaban hasta mi pueblo para cortarse el pelo ya que donde se basaba lo artístico de esta profesión radicaba esencialmente en esta labor ya que el afeitado era menos importante. Recuerdo entre los clientes de mi padre que al menos cada quince días hacían uso de su peluquería viniendo para ello expresamente de la capital, a Agustín Manrique de Lara y Bravo de Laguna, a los hermanos Molina Vega, Salvador Díaz, Cayetano Guerra de Aguilar etc. Por aquel entonces habían en Guía ocho barberías hoy parece ser solo hay dos.

Ya he tenido el placer de citar a los afamados barberos de la época, ahora estimo oportuno citar a muchos de los aprendices que estos tuvieron, los cuales se convirtieron en grandes profesionales y con el paso del tiempo instalaron sus propias peluquerías. Así, tenemos a los Caleros Fernando y Raúl, Paco mano, Claudio Bautista, Juan Aguiar Moreno, Perico el barbero, José Vega, José González Sosa, Facundo Santiago, Manolo Román, Agustín Martín conocido por Tinito, Isaías González Moreno y muchos más.

Si se me permite quiero recordar de manera especial a Paco Montesdeoca residiendo hoy en Maspalomas donde tiene tres o cuatro peluquerías, dado su extraordinario palmares, consistentes en los grandes y numerosos premios obtenidos en cuantos concursos ha participado de índole regional, nacional e internacional donde siempre ha obtenido la tijera de oro máximo galardón otorgado a un peluquero en su trayectoria profesional además de muchos más trofeos, consistentes en copas, estatuillas de oro y plata con alegorías a la profesión, etc.

Se han hecho muchos trabajos de personajes de Guía, que destacaron por sus insignes profesiones, herreros, carpinteros, intelectuales, futbolistas, luchadores, comerciantes, etc., pero jamás se había hecho nada sobre los barberos o peluqueros, hoy he querido así hacerlo inducido de manera objetiva por mi buen y entrañable amigo guíense Manolo Moreno Miranda. Estimo que estos profesionales tan relevantes se lo merecían.

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Juan Dávila-García

jocdavila@yahoo.es

Septiembre 2006.

info@guiadegrancanaria.org

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