Por su elocuente forma de ser y comportamiento hacía Guía,
especialmente en temas deportivos, empresario del comercio, y sobre todo
por la gran afición que sentía por el fútbol, su pasión más exacerbada,
estimo interesante citar hoy a Francisco Vega, conocido por "Paquito el
Canuto", al cual le revistieron otras virtudes que merecen ser citadas
entre estas la de haber sido un comerciante importante en el área de San
Roque, ya que tuvo durante muchos años un establecimiento dedicado a la
venta de productos alimenticios en la calle Poeta Bento, donde además se
servían copas.
Paco Vega inició su singladura en pos del comercio en los muelles de
Las Palmas, y formaba parte de aquellos personajes tan singulares
conocidos por los "cambulloneros" a los que Néstor cito en muchas de sus
obras, muchos de los cuales se enriquecieron ostensiblemente amasando
fortunas incalculables. Su madre Merceditas, era la que yendo casa por
casa expendía y vendía todos los productos que Paco sacaba del puerto,
-café, azúcar, arroz, garbanzos, judías, galletas y otras muchas
mercancías, que le dejaban unos buenos beneficios. Mas tarde las ventas
las hacían desde su casa ubicada en la de Manuel Alemán Álamo, en la calle
Pérez Galdós. Con el paso del tiempo y disponiendo ya de un buen
capitalito, compro y construyo la casa de la citada calle Poeta Bento, e
instalo allí un buen comercio el cual regentaba personalmente.
Paco Vega, tenia en su negocio dos importantes facetas fundamentales,
la venta generalizada de productos alimenticios con un gran éxito y la
dispensación de copas que solía hacer en una parte limitada de la tienda
que tenia una gran profusión debido especialmente a las buenas tapas que
el mismo hacía a la vista de todo, buenas vueltas y viras de carne, tacos
de pescado frito, papas fritas, etc. Tenía una gran clientela que se daba
cita sobre todo al mediodía y por las tardes noches en su bien instalado y
amplio local preferentemente a tomar copas, recuerdo muchas caras
conocidas de gente de mi pueblo que compartíamos los piscos con
interesantes charlas.
Por dentro del mostrador tenia una pequeña cocina donde hacía del arte
culinario una extraordinaria faceta más de su vida, en la misma preparaba
las más exquisitas tapas, cuyos olores invadían toda la zona llegando
incluso a la plaza de San Roque. Era el reclamo a modo de toque de fajina
para los que por los alrededores nos encontrábamos que rápidamente nos
dirigíamos a tan emblemático establecimiento a pasar un rato agradable y
degustar las exquisiteces preparadas por Paco Vega.
A nadie en Guía se le escondía la gran afición que Paquito el canuto,
tenía por el futbol, su gran pasión era la de ir a ver a la U.D. Las
Palmas, como socio de la entidad amarilla, cada vez que el club jugaba en
el Estadio Insular, era de los primeros en arribar al estadio, tenía su
asiento reservado y desde allí se desgañitaba cuando los árbitros le
hacían al equipo de sus amores alguna barrabasada. Estimo elocuente
manifestar el gran cariño que sentía por los equipos de Guía, en su
momento, por el mítico Tirma y más tarde por el U.D. Guía. Era el típico
aficionado que rompiendo todos los esquemas sociales se transfiguraba en
los campos de futbol y hasta cierto punto en algunos casos hasta perdía la
compostura, gritándole a los árbitros, jueces de líneas y a los mismísimos
jugadores.
En fin que Paco Vega, conocido por Paquito el Canuto, tuvo durante su
vida más virtudes que defectos, estimado por cuanto les conocíamos, por su
forma de ser, era un elemento que se dejaba querer por su forma tan
desinteresada de ver la vida. En su negocio era respetuoso y refinado con
la clientela, siempre supo estar a la altura de las circunstancias y eso
en Guía es bastante.
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