Guía de Gran Canaria

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PERSONAJES POPULARES DE GUÍA (22)

Salvador Díaz, Boro "el Pollo de Anzo"

Por Juan Dávila-García

Recordar a los personajes que marcaron un hito histórico en los aconteceres de Guía, es para mi todo un honor, y para ello debo rebuscar en mi mente y esforzarme, para intentar recordar fechas, –aproximadas-, y en muchos casos enjuiciar, en que consistió fundamentalmente la especialidad o el lógico comportamiento del personaje a analizar.

He hablado de seres cuyas peculiaridades han sido motivo de mofa, que por su constatada incapacidad han desarrollado episodios de elocuente gracia y simpatía, otros por su destacada labor deportiva, intelectual, o meramente por haberle donado a Guía favores que jamás le han sido reconocidos.

Salvador Díaz, conocido por Boro simplemente, y en el argot luchístico por el Pollo de Anzo, escribió una etapa gloriosa en nuestro deporte vernáculo, destacando con extraordinaria elocuencia en el mismo desde muy temprana edad, en el Ajodar de Guía formaba el tandem perfecto con el Guajiro, ya que les unía fuera y dentro del terrero una amistad grandilocuente. Aparte de ser un gran ejecutante, era el típico estudioso que tumbado en la arena antes de entrar en el terrero de brega, observaba a sus posibles contrincantes, para conocer sus mañas y así poder determinar la forma de atacarle.

Recuerdo una luchada que se celebro contra un equipo de Las Palmas, creo que llamado Tumbador, en el teatro Viejo, con motivo de las fiestas de la Virgen de Guía, donde el actúo como uno de los puntales del equipo de Guía, posiblemente en el año 1946, donde se erigió como el triunfador de la tarde derrotando a seis contrarios y dando por consiguiente el triunfo al Ajodar. Era también un buen saxofonista y formaba parte de la Banda Municipal de Guía, dirigida en aquellos tiempos por Don Virgilio Hernández (hijo). Una vez terminada la luchada exhibió sus conocimientos musicales desde el tabladillo en el concierto que la misma ejecutó. Era una tarde-noche del 15 de agosto de año citado.

Algunos años más tarde y por motivos profesionales, -era tornero-fresador-, hubo de trasladarse a Las Palmas a trabajar en los talleres de la fabrica de cigarrillos Rumbo, pasando a formar parte del gran equipo de luchas que la citada fabrica tenía. En el mismo siguió destacando como el extraordinario atleta que era. Sus agarradas con otro insigne luchador de la época, llamado Abel Cardenes fueron épicas y marcaron un antes y un después en este noble deporte que tenía el elocuente significado de ser en su esencia más de artistitíco que deportivo. Las mañas utilizadas por tan emblemáticos gladiadores tenían unas connotaciones de enorme belleza donde la fuerza, -aun siendo determinante-, no implicaba mayor transcedencía y como dice la canción "el chico gano el grande perdió como ganaron Verdellá, Angelito, Palmero y Camurria frente a rivales de peso mayor…….".

Boro, era un luchador muy versátil, entre sus mañas, destacaban, la burra, la pardelera, el desvió, la levantada, el traspiés, el toque por dentro y otras más.

En su época gloriosa como eminente luchador dio en tierra con lo más "más granado" que había en el archipiélago canario en tal especialidad deportiva. Ante el sucumbieron, luchadores de la talla del ya citado Abel Cardenes, Hermenegildo Ramírez, Candido Matoso, Heraclío Niz –Pollo de Arrecife-, Marón, Inocencio de la Rosa, Ramallo, Capitanito, Felipe del Castillo, Camurria, José Araña, Manolín y Lito Suárez, Orlando Sanchez –el Estudiante-, El Palmero y tantos otros.

Boro se retiro de la competición relativamente joven y poco después falleció repentinamente aquejado al parecer de una repentina insuficiencia cardiaca. Posiblemente el esfuerzo que durante su vida de luchador llevo a cabo incidiera en esa aparición espontánea de tan señalada patología que termino con su vida.

Boro Díaz, fue todo un caballero dentro y fuera del terrero, era una persona que revelaba un comportamiento intachable, su humildad era muy significativa y como tal la vivió. Su prestancia le hacia ser mirado con admiración por las mujeres, aunque siempre fue fiel en su comportamiento a la que fue toda la vida su novia y esposa. Boro siempre te recordare y estimo que al igual que yo Guía debería reconocerte los meritos por ti contraidos con tu pueblo, que me consta al que siempre quisiste y admiraste. Estimo que el debito de nuestro terruño hacía ti debía ser demostrado, aunque fuera citando tu extraordinario comportamiento como persona y luchador en los terreros de nuestra ciudad.

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Juan Dávila-García

jocdavila@yahoo.es

Julio 2006.

info@guiadegrancanaria.org

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