Siempre quise hablar de manera extensa de Doña Celia Sosa García, -Celíta-,
para los que teníamos relación directa con ella, me cupo ese honor y jamás
la he olvidado. Muchas veces la he citado el algún que otro articulo,
incluso en mi relato corto denominado "Guía de Gran Canaria, música y
esplendor", que participó fuera de concurso el año pasado en el celebrado
por la Mancomunidad de Noroeste, la cito, pero no con la extensión que
intento ahora. Celíta fue una intelectual de relevantes connotaciones,
Profesora o Maestra de Escuela como se las denominaban en aquella época, y
desde el punto de vista musical fue una gran cantante y una eminente
interprete con la mandolina. Llego a formar parte del grupo Tirma, que
dirigía Don Teofilo Morales y Martínez de Escobar, allá por los años 1929
o 1930 siendo muy joven, del que formaba parte su padre José Sosa Oliva,
conocido por Pepiyiyo con la bandurria entre otros preclaros músicos
guienses.
Estuvo casada con Pedro Domínguez García, eminente Profesor también, y
tuvo tres hijos maravillosos, Celia-María, -casada con mi buen amigo Geño
Pérez Hernández-, María-Agustina, que murió relativamente joven, casada
con Javier Estévez Molina recientemente fallecido y Pedro, insigne
Psiquiatra ejerciendo en Las Palmas. Según mis estimaciones debió nacer
sobre el 1915 o 1916, ya que se que debuto en la Orquesta de Pulso y Púa
llamada Tirma, -ya citada-, con 14 o 15 años. Los recuerdos que tengo de
Celíta tienen un rango de grandilocuentes connotaciones. Solía visitarla
en su casa juntamente con mi padre a quien ella quería y apreciaba mucho,
-no en vano fue el quien la enseño a tocar la mandolina-.
Siendo yo un niño, aproximadamente en los principios de los años 40, y
algunos posteriores, la oí y la vi en muchos conciertos, donde brillaba su
impecable maestría en la practica del "bell canto", lo mismo cantaba un
aria, que un fragmento de zarzuela. Era muy dada a cantar también música
popular canaria, la tesitura que tenía de tiple profunda, le daba una gran
elocuencia a la hora de interpretar cualquier tipo de música, llegando a
los agudos mas significativos con una nitidez propio de una "prima donna".
Simultáneamente interpretaba las diferentes partes de los Cantos
Canarios especialmente los de Teobaldo Power y los del maestro Tejera, era
extraordinariamente gratificante oírle la parte del arrorró por encima de
todo. De la obra más significada de Néstor, "Sombras del Nublo", hacía una
interpretación tan brillante que a pesar del paso de los años jamás he
oído a nadie hacerlo con tanta elocuencia y sentimiento. Una cantante debe
reunir una serie de premisas para poder brillar en los escenarios, aparte
de la voz, estimo que el sentimiento es lo más fundamental, cuando se
canta con el corazón se llega al publico con suma facilidad tocando al
mismo la fibra más sensible como es la emotividad que genera el buen hacer
del interprete, Celíta, ostentaba en su persona todo lo necesario, para
ser la magnifica cantante que fue, no solo en lo que respectaba a su dotes
interpretativos, su gran prestancia y su magnifica imagen hacía brotar los
más nobles sentimientos de cuantos la escuchábamos, recuerdo que cuando
hacía los maravillosos falsetes y variaciones de ritmos tan elocuentes en
su depurado estilo, a muchos de los que estábamos presenciando el evento
musical donde intervenía, sin poderlo remediar nos brotaba espontáneamente
las lógicas lagrimas de nuestros ojos.
Cuando Don Francisco León Padrón, fundo en el año 1941, la agrupación
folclórica Guayarmina, apoyándose para ello en la sapiencia de los primos
Dávila, (Juan Francisco, Alberto y mi padre), Celíta paso a formar parte
de la misma, en las vertientes de mandolinista y cantante especialmente
como interprete de la música clásica que tan significada agrupación
interpretaba en su abundante repertorio, amen de la canaria, tanto de
índole tradicional como popular. Recordar que aproximadamente en el 1944,
la citada agrupación hizo una actuación en el cine viejo de Arucas la cual
tuvo un grandilocuente reconocimiento de los aruquenses por la constatada
calidad de sus interpretaciones, pero quien fue la triunfadora de verdad
en tan celebrado concierto fue Celita Sosa, que interpretando un aria del
Rigoletto de Verdi, cerro el evento haciendo una vez más gala de su
indiscutible categoría interpretando "Sombras del Nublo" de nuestro
paisano Néstor Álamo, lo que causo dentro del recinto totalmente
abarrotado una pasión y una estridente ovación con el publico puesto en
pie, solicitándole otra, a lo cual ella accedió interpretando en esta
ocasión el Arrorro de los Cantos Canarios de Teobaldo Power. Ni que decir
tiene que el calor encendido en aquel ferviente publico totalmente volcado
con ella, reedito aun con mayor fuerza y gritos de brava la ovación
aplaudística más duradera de cuantos he visto en los innumerables
conciertos a los cuales he asistido en mi dilatada vida.
Celíta, siguió actuando hasta su muerte, -la cual le sobrevino siendo
bastante joven-, en diferentes teatros y siempre acompañada por la
agrupación folclórica citada. Sus actuaciones de carácter benéfico en el
Cine Hespérides de Guía, en pos de alguna buena causa, siempre le
brindaron la oportunidad de lucir su esplendorosa voz y su elocuente
clase. Celíta fue, ya lo he manifestado anteriormente una –prima donna-, y
como tal brillo esplendorosamente en el difícil arte de la música. Nunca
se atrevió a interpretar aires, de folias, isas y malagueñas, al menos en
publico, aunque en reuniones de carácter privado si lo hizo y el resultado
fue muy halagüeño, pero siempre se negó hacerlo en conciertos y
espectáculos.
Aunque su carácter era afable, ya que era una persona muy cariñosa y
afectiva, a veces cambiando impresiones sobre una partitura a ejecutar,
solía imponerse con total rotundidad esgrimiendo unos razonamientos
lógicos y totalmente comprensibles, que eran aceptados por sus compañeros
con total humildad.
Esta elocuente mujer desconocida para la mayor parte de los habitantes
de Guía especialmente para las nuevas generaciones, fue un icono que se
debía tener muy en cuenta ahora que esta tan de moda la axiomática
revelación de grandes féminas como cantantes en todo el ámbito del
archipiélago canario, y ponerla como ejemplo indiscutible en los anales
musicales y folclóricos de nuestro terruño. Celíta jamás ha sido igualada,
sus cualidades nunca han sido superadas al menos en lo que respecta al
entorno de Guía y zonas periféricas, y creo que nunca lo será.
Posiblemente el noroeste haya dado cantantes de significada elocuencia,
pero ninguna ha tenido la clase y el empaque señorial de esta gran mujer.
Tal vez resulte grotesco por la comparación pero si Doña Concha Piquer,
marco una época en la canción española, nosotros los guienses podemos
presumir que Doña Celia Sosa García, -Celíta-, con su relumbrante palmares
ha sido nuestro emblema más grandilocuente y el blasón incólume del pueblo
que nos vio nacer y que debía tener muy a gala reconocerle a esta gran
señora, su gran valor artístico y porque no también el docente, pues como
Maestra siempre estuvo a la altura de las circunstancias.
Guía siempre ha sido muy proclive a premiar y agasajar, a personajes
oscuros naturales de la tierra o foráneos, pero nunca se ha parado a
pensar y a reconocer los meritos de tantos paisanos, obviados totalmente y
de forma miserable, motivado por los intereses creados de un grupito de
amigachos que rigen en este aspecto los designios de mi amado pueblo y por
los muchos gatuperios que al respecto se emplean. Ya es hora que Guía
premie a quien se lo merece, que mire hacía atrás y le conceda a muchos
seres que le dieron honor y gloria, -con elocuente realidad-, y desoiga a
los arribistas y a los medradores, (leer a Maurice Joly) que al amparo de
este pueblo tan desagradecido con sus hijos más preclaros, homenajean a
quien no se lo merece.
Celita Sosa, desde el cielo agradecería un reconocimiento aunque tarde
pues estimo que falleció entre los años 1948/1950 del pasado siglo XX. Y a
mi solo me resta pedirla que me perdone por airear tan elocuente
semblanza, que en su momento constituyo con su forma de ser de artista y
señora una referencia jamás igualada. Espero que Guía ante esta exposición
que he hecho de ella haga algo al respecto.
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