En Guía como pueblo adelantado a su tiempo, tuvo en la
medicina una praxis de gran nivel, y en la misma destacaron eminentes
galenos así como practicantes o ATS, que sirvieron y acreditaron una
elocuente practica de esta ciencia puntera que tiene como meta velar por
la salud y cuanto se deriva de ella. Aparte de los médicos militares que
arribaron primero al Regimiento y posteriormente al Batallón, muchos
civiles hicieron de tan controvertida ciencia algo vital para los
moradores de nuestro pueblo. Que yo recuerde y por medio de la
comunicación oral la gran actuación de Don Salustiano Estévez, honorable
doctor que marco toda una época en la medicina guíense. Este caballeroso e
insigne galeno acredito una sapiencia de tal calibre que todavía se le
recuerda por sus acertados diagnósticos y la ayuda que en esta actividad
le otorgo a los habitantes de Guía y zonas limítrofes, así mismo fue
considerado como un gran benefactor termino este que la sociedad le
agradeció enormemente, fue Director del Hospital de San Roque y como tal
potencio de manera ostensible el desarrollo y la adecuación de este centro
hospitalario, donde por cierto arribaban enfermos de toda la comarca.
Posteriormente la significación médica en el término
municipal adquirió tintes de un gran significado dado el gran número de
profesionales, que con gran dedicación ejercieron en Guía durante muchos
años con sabia maestría lo que convirtió a nuestro pueblo en el centro
médico por excelencia del noroeste. Para tratarse sus diferentes
patologías todos los días llegaban a Guía una enorme cantidad de gentes
procedentes de la Aldea, Agaete, Moya y Gáldar.
La familia Blanco con cuatro médicos en ejercicio tuvo
un brillo extraordinario,
-Don José el padre y sus hijos Isidro, Enrique y
Joaquín-, en el devenir de la medicina en nuestro pueblo, el Dr. Blanco
(padre) insigne cirujano que tuvo su propia clínica en la calle 18 de
Julio, hoy denominada Samson Henríquez, y donde se llevaron a cabo
infinitas operaciones y nacimientos, -atendidos en su mayor parte por
Celestina la partera-. También fue director del Hospital de San Roque, y
siempre tuvo su consulta particular en la calle Marques del Muni junto al
Colegio de las Dominicas.
Sus hijos practicaron la medicina en Guía y Las Palmas,
Isidro como analista y Enrique como cirujano en el Hospital del cual
también llego a ser director teniendo su consulta en la calle Luís Suárez
Galván, por el contrario Joaquín siempre ejerció en Las Palmas, tenia la
consulta en la calle 29 de abril y como cirujano operaba en varias
clínicas de la capital. Todos ejercieron la especialidad de Hipócrates con
una gran brillantez.
Otro médico de la época fue Cayetano Guerra Alemán,
director y cirujano del Hospital de San Roque, -y que posteriormente lo
fue del Insular desde su inauguración hasta que se jubilo-, tenia la
consulta en la calle Pérez Galdos, destaco más como cirujano que como
médico de medicina general. En la practica de la primera especialidad hizo
innumerables operaciones, todas las intervenciones que se realizaron en
Guía las practico el, -me refiero a las que se hicieron en el hospital de
San Roque- hasta que se fue destinado a Las Palmas.
Coetáneo del citado anteriormente fue Ramón Jiménez
Domínguez, gran internista, tuvo siempre su consulta en la calle Luís
Suárez Galván, fue un médico de insigne connotaciones, tenía un especial
ojo clínico y sus diagnosis revestían un extraordinario positivismo. Fue
uno de los primeros doctores que me atendieron en mi infancia y juventud,
tenía un despacho perfectamente equipado para los tiempos que corrían,
rayos x, y otros utensilios que le ayudaban mucho en su detección de las
enfermedades, indiscutiblemente fue uno de los mejores galenos que ha
tenido Guía.
Rafael Ayala García, puericultor, -hoy se denominan
pediatras-, acredito una enorme intuición y tuvo un gran éxito dentro de
su especialidad, era el médico de todos los niños de nuestro pueblo. La
puericultura o pediatría no tenía los adelantos que hoy tienen pero dada
su gran preparación y dedicación siempre hizo sus diagnósticos con
verdadero tino. Era una persona muy correcta y estaba siempre dispuesto
para atender a sus potenciales enfermos, también práctico la medicina
general con elocuencia y eficiencia.
Manuel Barea Mota, destaco por su gran humildad
profesional, no obstante tuvo sus aciertos dada la gran experiencia que le
revestía, solía atender a sus pacientes con verdadero cariño lo que le
hacía ser un médico muy solicitado especialmente por la gente de condición
humilde, fue durante muchos años Inspector de Sanidad y sustituyo a
Cayetano Guerra como forense del termino judicial de Guía.
Eugenio Estévez Pérez, especialista en odontología
(dentista), durante muchos años fue el único existente en toda la comarca
del noroeste, esto hizo, que juntamente con su enorme preparación dentro
de la citada especialidad, que su despacho situado en la calle Marques del
Muni junto al casino, fuera siempre un hervidero de pacientes procedentes
de todos los pueblos limítrofes. Recuerdo que cuando iba para el colegio
muy tempranito por las mañanas llegaba el cocho de "hora" procedente de la
Aldea lleno de gente para visitar casi en su gran mayoría al dentista.
También practico la medicina general en Moya y Guía.
Francisco Julio Padrón León, el médico galáctico, era
un todo terreno como ejerciente de la medicina, diagnosticaba y aliviaba
toda clase de enfermedades. Tenía una sabiduría fuera de la común, se
comentaba que su sapiencia médica tenía que ver con las actuaciones a modo
de "médium" del mundo alienígena y en verdad que hacía curas que rayaban
en lo inexplicable. Tenía un ojo clínico extraordinario, muchos pacientes
desahuciados por importantes centros médicos, acudían a el y su actuación
era tan elocuente que en la mayoría de los casos sanaba al enfermo, de ahí
que su fama rebasara todos los limites previstos y que algunos lugares se
le tuviera como un ser especial en la practica médica.
Octavio Estévez Ayala, medico oftalmólogo (oculista),
tuvo despachos en Guía en la calle Médico Estévez y en Gáldar, fue un
innovador en la medicina oftálmica, su acreditada preparación lo llevaron
alcanzar cierta fama, no en vano había hecho la especialidad en unos de
los Centros Oftalmológicos más prestigiosos, de España en la provincia de
Santander, creo recordar se llamaba Instituto Vallecillo o Valdecillo. Más
tarde también se dedico a la medicina general.
A grosso modo estos fueron los médicos con más
prestigio que conocí en Guía, posiblemente cuando yo me ausente de mi
pueblo por motivos profesionales arribaran al mismo otros de sabio
comportamiento, lo desconozco, pero si puedo aseverar que a estos que cito
tuve el privilegio de conocerlos bien y por consiguiente acreditar su
enorme profesionalidad. Quiero recordar también por ser naturales de Guía
a una serie de médicos de indudable calidad que ejercieron en Las Palmas,
así citar a Antonio Mauricio especialista de estomago, que estuvo
conceptuado en aquellos años como el mejor de la provincia, hermano de
Pepe Mauricio y por consiguiente tío de José Carlos Mauricio actual
Consejero de Economía y Hacienda del Gobierno Autónomo, Martín Estévez
Pérez, Psiquiatra. Como médico psiquiatra, -valga la redundancia-, brillo
esplendorosamente y sus diagnósticos siempre fueron muy acertados, curando
casos de depresiones profundas y remediando bastantes casos de
esquizofrenia, Francisco Pérez Hernández oftalmólogo, destaco
especialmente por la practica de terapias alternativas desconocidas hasta
entonces y que implanto conjuntamente con sus dos hijos insignes oculistas
también. Pedro Domínguez Sosa, psiquiatra en ejercicio todavía, un
virtuoso dentro de esta especialidad su fama ha alcanzado cotas de
extraordinaria repercusión dada su gran profesionalidad y dedicación. Pepe
Calvo Rosales eminente pediatra que empezó ejerciendo en Gáldar y
posteriormente ya en Las Palmas llego a ser Jefe del Servicio de Pediatría
en el Hospital Insular y en el Materno Infantil, Antonio Izquier
Hernández, insigne cirujano conocido cariñosamente por Toto que llego a
ser Jefe del Servicio de Cirugía de la Clínica de Nuestra Señora del Pino
y del dispensario del Aeropuerto de Gando, los cuatro hermanos Jiménez
García hijos de Manuel Jiménez y Quelita García, Fernando psiquiatra,
Antonio otorrinolaringólogo practicantes de la medicina en Almería y
Tenerife respectivamente, Miguel y Marcelino, Pilar Bolaños también
otorrinolaringóloga, hija de Pepe Bolaños y Mercedes Hernández que estudio
en Salamanca y Oxford, Antonio Ojeda Guerra oftalmólogo ejerciendo siempre
en Tenerife, María Mercedes Jiménez Miranda, hija de Bonifacio Jiménez y
de Ana Bella Miranda Ossorio, médico de familia, María Asunción Jiménez
Ossorio hija de Pepe Jiménez y Gracia María Ossorio estomatóloga,
Sebastiana Pérez hija de José Pérez de las Tres Cruces traumatóloga, etc.
Mencionar a una serie de médicos, naturales de Guía y
otros que llegaron a nuestro pueblo siendo unos niños y que radican en el
mismo; Gonzalo y Fernando Bañolas Bolaños, hijos de mi querido y admirado
amigo y pariente Santiago Bañolas Reina y Nenusa Bolaños Aguiar, Vicente
Aguiar hijo de otro gran amigo Juan Aguiar Suarez, José Eladio Pérez,
Carlos Jiménez hijo de José Ángel Jiménez Castro, nieto de Pepito el misto,
Víctor Gebauer, los hermanos Ángel y Alejandro de Luís Lillo, nacidos en
Ciudad Rodrigo (Salamanca), pero que vinieron a Guía siendo muy
jovencitos, etc.
En el apartado de Practicantes o ATS, nombrar a
Bernardo Dávila Ossorio, Sebastián Godoy, Manuel Benítez, Gabriel Llorens,
María Torrent Galván, etc., todos virtuosos profesionales, los cuales
desarrollaron con enorme dedicación y cariño tan estimada profesión.
La semblanza médica y la atención sanitaria en Guía
siempre tuvó una gran incidencia y pienso que todavía la sigue teniendo,
por eso recordar a tan insignes personajes ha avivado en mi recuerdos que
permanecían latentes dentro de mi corazón y que hoy se han desbordado al
citar a todos estos seres tan implicados en algo tan importante como es la
salud y el bienestar corporal.
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