En el año 1953, Doña Dulce María Guerra Alemán,
constituyo en Guía un coro cuyo fin principal era actuar en los eventos
más importantes de carácter religioso. Las actuaciones más relevantes
solíamos desarrollarlas en el marco incomparable de la Iglesia Matriz,
interviniendo en la misa del Gallo, en la del 31 de diciembre, en la
función solemne del día 1 de Enero y en la de Reyes, Semana Santa en las
fiestas patronales y con bastante frecuencia también en las de San Pedro
de la Atalaya y la de Santa Rita en el barrio de Anzofe. Conformábamos un
grupo muy en bien afinado. Ensayábamos en el estudio que tenía Dona Dulce
en la planta baja de su casa y jamás nos vimos cohibidos ante la
dificultad o la facilidad de la obra a ejecutar, (especialmente misas,
motetes y canciones alegóricas a la navidad).
Una vez constituido el grupo en el cual entramos a
formar parte en un principio; Fernando Guerra, Isidro Morera, Paco Vega
Dávila, Pepe Juan Forteza, Santiago Gil, Oscar Ayala, Pepe Bautista y el
que suscribe, nos dedicamos a preparar para la navidad de aquel año una
misa alegre pero muy enjundiosa en cuanto a su ejecución que se
denominaba, "de Pastorella Busca de Sagastizabal", tenia unos registros
agudos y otros menos que la hacían bastante difícil de interpretar, pero
no nos arredramos y juntamente con nuestra directora la estimada Doña
Dulce, nos pusimos manos a la obra y la sacamos adelante con toda
brillantez. El solemne estreno tuvo lugar el 24 de diciembre de 1953 en la
misa que rememoraba el nacimiento del niño Jesús, con la iglesia
abarrotada, ni que decir tiene que el éxito fue sonado.
Pasado algún tiempo, nos impusimos como meta el
aprendizaje e interpretación de las misas de Pío X y la de Perossi, obras
estas con un contenido solemne y con unas melodías de encomiable belleza.
Al mismo tiempo comenzamos a ensayar varios motetes y las canciones
navideñas más conocidas como el Adeste Fidelis, Noche de Paz y otras de
interesante contenido musical. En nuestro repertorio también teníamos
algún canto gregoriano y piezas sueltas de connotaciones funerarias.
Recuerdo que cuando falleció el Papa Pío XII, fuimos
nosotros los que actuamos en cuantas misas se celebraron y en el solemne
funeral que en honor de su alma se celebro en Guía, interpretando música
de Schubert y de Chópín de carácter fúnebre.
Doña Dulce era muy exigente y cuando estábamos
preparando alguna actuación, nos exigía ensayar todos los días cosa esta
que hacíamos con verdadero agrado pues todos los componentes del coro
éramos unos enamorados de la música. Cuando se llevaron a cabo las
inauguraciones de las iglesias de la Atalaya y Anzofe, nosotros
participamos llevando toda la parte musical de los citados eventos
interpretando en ambos acontecimientos la misa de Perossi.
Nuestro coro era una prueba más que evidente de la
grandeza que en aquellos tiempos revestía en el aspecto musical a nuestro
pueblo.
Nunca hasta ahora había celebrado la excelencia musical
de Doña Dulce María Guerra Alemán extraordinaria profesora de piano.
Estimo que ya es hora de que Guía le rinda el homenaje más que merecido a
esta gran señora cuya figura constituyo en su momento todo un ejemplo para
las generaciones venideras, tanto en lo personal como en lo profesional,
posiblemente gente de mi pueblo con menos merecimientos que ella han sido
nominados como hijos predilectos y otros honores que ella se merece más
que nadie.
---------------