DOCUMENTOS DE INTERÉS PARA 

EL MUNICIPIO DE GUÍA DE GRAN CANARIA

La Rama y romería de las Marías

Juan Dávila García

Transcurría el año 1811, el invierno se presentaba irremediablemente seco, llegaron las cigarras y arremetieron sin piedad contra los cultivos de las medianías y cumbres de los pagos de Guía, Gáldar y Moya, arrasándolo todo, dejando a los labradores, aquejados y ateridos, dada la destrucción que observaban y que los dejaba en la miseria ya que las cosechas se perdieron engullidas por el voraz apetito de este depredador, de mansa imagen, que procedente del norte de Africa, arribaban a nuestras costas con diáfana facilidad, papas, millos, tomates, hortalizas en general, frutales y plantas de forraje, desaparecieron ante el ataque incontrolado de estos inmundos animales, que ni tan siquiera respetaron los rastrojos y las raíces.

Los moradores aquejados por tan terrible plaga, de los pueblos citados, reunidos a modo de cónclave en el Lomo de Vergara, invocaron a la Santísima Virgen de Guía para que lloviera con fuerza y el agua eliminara de sus tierras al aberrante animalillo, la Santísima Patrona oyó sus plegarias y llovió copiosamente en toda la zona, acabándose así la plaga que tanto daño había hecho. Conjurados y en una sola voz, los labradores dieron la gracia a la Virgen y le hicieron la promesa de celebrar anualmente en aquellas fechas, una fiesta en agradecimiento a los favores recibidos, la cual se llamó fiesta en honor a la Virgen de las Marías, que arrancando desde el citado año 1811 hasta la fecha, se sigue celebrando tradicionalmente.

Sin despreciar otras fiestas de talante tradicional que se celebran en la isla, con parecida tesitura a esta de Guía por ejemplo en Teror, Agaete, San Nicolás de Tolentino, Artenara, y otras, quiero como buen guiense reivindicar en el contexto de las fiestas populares de Gran Canaria, a esta de la rama y romería en honor a la Virgen de Guía denominada de las Marías llamándole la atención a periodistas, escritores, historiadores y comunicadores, para que cuando escriban o hablen de fiestas populares no omitan ésta que nos ocupa, que tiene casi dos siglos de vigencia y que se celebra el segundo domingo de septiembre arrancando al amanecer del noble sitio conocido como Lomo de Vergara, con toques de caracolas, tambores y otros instrumentos ancestrales. Las revistas de talante turístico que se publican en Gran Canaria, algunas patrocinadas por el Patronato de Turismo hablan de las fiestas de El Charco, la Rama de Agaete (a la cual algunos independentistas la catalogan como la fiesta nacional canaria), la del Agua, las del Pino, la de la Cuevita, etc. Jamás he visto en ninguna de ellas mentar la fiesta de las Marías de Guía, con su rama y romería, y el encanto de sus moradores que reciben al visitante con verdadero afecto y cariño.

Hacer hincapié una vez más, diciéndole a los investigadores y a los preclaros escribientes canarios, que le hagan un hueco en sus publicaciones, a estas fiestas de Guía, patria de grandes personajes ilustres como lo fueron y son: Luján Pérez, Canónigo Gordillo (diputado en las Cortes de Cádiz), Eusebia de Armas, Miguel Santiago, Néstor Alamo, Javier Lodos García y su padre, Luis Lodos y Sáez de Urturiz, que lució en su pecho la medalla militar individual que la entregó posteriormente a la Virgen, generales ambos de los cuerpos de aviación e infantería, respectivamente, al poeta Bento, al alojamiento que le dio al eminente músico francés Camilo Saint-Saëns que se dice residió en la Villa Melpómene, en el camino a Llano de Parra, a Salustiano Estévez, médico de renombre y bienhechor y tantos otros,

dándole el rango que le corresponde y citándola como una de las más populares de la isla, por su idiosincrasia, tipología y el simbolismo de canariedad que tiene, en las vertientes de folclórica, lúdica, y religiosa, y así debe ser.

El paso de los años ha traído a la fiesta de las Marías a honorables personas naturales de nuestro pueblo, que hicieron que el evento no decayera y que cada año brillara más, así por ejemplo, es justo y natural recordar a los mayordomos, que en diferentes etapas lucieron su palmito al frente de estos tradicionales festejos; Marcelino Díaz y Díaz, de Bascamao y su hijo, Fernando León Díaz, Juan Arencibia Sosa, Blas Saavedra Galván, Gregorio Miranda Santiago y tantos otros, que se rindieron al encanto de la Virgen, figura señera en su trono, desde donde arbitra con gran cariño los designios de los habitantes de su pueblo, que la veneran apasionadamente. Recuerdo que cuando era pequeño, solía venir de las medianías un ramero llamado Santos, hombre mayor que traía unas ramas vistosamente engalanadas, con todo tipo de frutas, y mi pandilla y yo íbamos detrás del viejo para quitarle los adornos que se nos antojaban apetitosos, pero nunca lo conseguimos.

Por último felicitar cordialmente al entrañable amigo, Luis Miguel Arencibia León, que, como mayordomo en la actualidad, tomó el testigo de su padre hace ya bastantes años y que sigue llevando como buen patriota la fiesta de las Marías a cotas insospechadas, dándole a Guía de Gran Canaria la categoría que por derecho le corresponde, como colofón a estas sentidas letras y como homenaje a la virgen y a las fiestas, quiero dedicarle esta copla con ritmo de folías que en la voz de Dacio Ferrera suena así: /o aquel que nació entre zarzas/ que triste fue tu destino/ no tuviste sol y calma/ nunca llegaste a vino/.

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FUENTE: La Provincia Diario de Las Palmas Martes, 17 de septiembre de 2002.

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